Ya sea que estés en una
relación o que admires a una persona desde la distancia, identificar tus
sentimientos puede ser un verdadero reto. Y dado que no hay una forma clara e
infalible para descifrar tus sentimientos por alguien más, hay algunas maneras
de hacer que la distinción te parezca más clara. Sigue nuestros siguientes
consejos para que te ayuden a diferenciar entre el amor, el capricho y el
deseo.
Cómo reconocer si es amor
verdadero: Examina cómo tratas al objeto
de tu interés: como una persona o como un objeto. Quieres a esa persona, pese a
conocer sus defectos. Estás comprometido a estar juntos a pesar de las
circunstancias más difíciles. Puedes decirle todo sobre ti, aunque la verdad no
te enorgullezca y sabes que aun así te aceptará. Solo ten presente que no
existe manera alguna de hacer que alguien se enamore de otro, sin embargo, las
acciones hablan más que las palabras. Si siempre eres tú el que da y recibes
muy poco a cambio.
Podrías considerar la posibilidad de preguntarle a un
familiar o amigo en quien confías su percepción del asunto. Casi siempre es más
probable que los que están fuera vean cosas que tú no, porque el amor es ciego.
Evalúa qué tan seguro te
sientes. Sabes que tu pareja te apoyará pese a todo y estás preparado para
comprometerte con tu pareja por el resto de tu vida.
Piensa en cuánto tiempo has
estado en la relación. Conoces a esa persona por mucho tiempo y no puedes
imaginar la vida sin ella.
Analiza la manera en que
piensas sobre él o ella. Algo gracioso ha sucedido en el trabajo y no ves la
hora de contárselo. Asimismo, tuviste una mala experiencia y quieres hablarlo
con alguien que te entienda. Si tu pareja es la primera persona en la que
pensaste para compartir esos pensamientos, entonces posiblemente estás
enamorado.
Observa cómo enfrentas un
conflicto. Cuando discutes con tu pareja, tratas de encontrar un terreno en
común. Ninguna discusión puede borrar el compromiso de uno con el otro y
valoras el hecho de que tu pareja te hable con la verdad, por más dolorosa que
sea.
Cómo reconocer si es un
capricho: Examina cómo tratas al objeto de tu interés: como a una
persona o como un objeto. Cuando se experimenta un capricho, la mente se deja
consumir por los pensamientos de la otra persona. No solo piensas en él o ella,
sino que también en cómo quieres que te conozca. Tienes una versión idealizada
de él o ella y tu visión podría estar equivocada.
Evalúa la seguridad que
sientes. En lugar de sentir seguridad, piensas más en cómo impresionar al otro.
Te centras más en gustarle y te sientes nervioso porque no sabes qué siente por
ti.
Piensa en el tiempo que has
estado en la relación. Tu relación es reciente y si bien piensas constantemente
en la otra persona, no estás confiado en que tenga lo necesario para que sea
duradera.
Analiza la forma en la que
piensas sobre la otra persona. Piensas constantemente sobre la forma en que
sonríe, cómo dice tu nombre o la manera en que te mira. Piensas obsesivamente
en esos detalles y tratas de decidir cómo se siente esa persona basándote en
cualidades triviales.
Observa cómo enfrentas un
conflicto. La persona que te gusta está en desacuerdo contigo y te preguntas si
la relación terminó. Te preguntas si conoces en realidad a la persona y si
todas tus impresiones estuvieron equivocadas.
Consejos:Ten presente que habrá baches
en el camino. Y si de verdad estás enamorado, te tendrá sin cuidado.
No busques a nadie perfecto,
porque nadie lo es. La única persona perfecta es aquella perfecta para ti.
Si discuten, dense un poco de
espacio y tiempo para pensar, porque si haces muchas preguntas en el momento,
es muy probable que obtengas una respuesta que no te guste (es decir, tu pareja
podría decir algo que no quiera decir).
No permitas que esa persona te
cambie.
No apresures las cosas, sino
saldrás herido.
La amistad también deberá
influir en tu decisión para comprometerte. De aquí a 50 años, si no quieres
sinceramente a tu pareja, serás infeliz.
No esperes a que él o ella te
cambie.
El sexo puede complicar los
sentimientos. Asegúrate de tener un firme entendimiento de cómo te sientes de
antemano.
No te cases por presión,
ultimátum, obligación, culpa, seguridad económica, miedo o incluso por sexo.
Deberás hacerlo por los motivos correctos.
Casarse por los motivos
equivocados inevitablemente conducirá a la separación y al divorcio. Además, si
te casas por ceremonia religiosa divorciarse no está bien visto.
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