miércoles, 16 de agosto de 2017

El triángulo dramático en pareja

Todos jugamos roles en nuestra relaciones y familias. Algunos son funcionales, cuando encuentran el bien general, no exigen sacrificios y nos retribuyen satisfacción. Persecutor, víctima o rescatador: ¿Cuál eres tú?.

¿Qué es?
• Es un modelo psicológico y social, creado por el Dr. Stephen Karpman, basado en el análisis transaccional (la manera en que las personas se relacionan) para describir un juego de tres roles que se da en una relación entre dos o más personas.

¿En qué consisten esos roles?

Persecutor
• Culpa a las víctimas y critica a los rescatadores.
• Muy buenos para poner el dedo en la llaga y señalar errores de los demás.
• Usan la amenaza, el autoritarismo y la rigidez como medio de comunicación. Pueden adoptar una postura de autoridad, a veces hacen bullying y otras te dicen que “todo es por tu bien”.

• Una persona sana les pondrá límites claros defendiendo su dignidad. Una persona de baja autoestima se victimizará y esto es un llamado para que el rescatador aparezca en escena.


¿Qué dice un persecutor?
• “La gente no es de fiar y me lastima, entonces hay que lastimarlos antes que ellos lo hagan conmigo”
• “Tú te lo buscaste, así que te di tu merecido”

Víctima
• Se muestran desvalidos y sin esperanza.
• Rehúsan tomar responsabilidad por lo que pasa en su vida.
• Esto termina por hartar a la gente y si no se alejan, se convierten en sus persecutores.
• “Tienes que salir adelante, no es posible que te pases la vida siendo un imbécil”
• No reconocen que tienen el poder de hacer que las cosas cambien.

• Son hipersensibles, quieren que los traten con pinzas y fingen impotencia o incompetencia.
• Esto es un “imán” para los rescatadores, que ven la oportunidad de salvar a un desvalido.
• Al final, se muestran resentidos con su rescatador porque sienten que les tienen lástima y que se muestran superiores que ellos.


¿Qué dice una víctima?
• “El mundo es malo conmigo porque a pesar de que soy una persona que no le hago mal a nadie, el mundo y los demás son injustos”.
• “Tú eres la única persona que puede ayudarme”

Rescatador
• Hace cosas por los demás que son perfectamente capaces de hacer por sí mismos.
• “…rescatamos cada vez que nos hacemos cargo de las responsabilidades de otro ser humano, de los pensamientos, los sentimientos, las decisiones, la conducta, el crecimiento, el bienestar, los problemas o el destino de otra persona”. Melody Beattie – escritora
• Pueden parecer sacrificados, hasta de sus propias necesidades.

• Aunque parece que ayudan, en realidad suelen estar enojados y desprecian a la víctima. Sus motivos no son nobles; al ayudar se colocan en una posición de poder.
• Cuando la víctima no reconoce lo que “hace por ella”, o deja de ser víctima, le reprochará diciendo: “malagradecido, después que yo hago tanto por ti”, convirtiéndose en persecutor.
• Es como el síndrome de Quirón (el sanador herido).
• Si rescato a las personas, algún día alguien me rescatará a mí.
• Una persona sanada se aleja de ellos, porque no quiere que nadie se haga cargo de sus vidas. Una víctima encuentra por fin “alguien que le comprende”.

¿Qué dice el rescatador?
• “Mis necesidades no son importantes para los demás, entonces yo tengo que ser importante para otros”
• “Voy a hacer que me necesites; seré tan comprensivo, empático y complaciente que no podrás vivir sin mí”
• Cuando rescatador o víctima se enojan, se vuelven persecutores
• Cuando persecutores o rescatadores se ven atrapados en sus roles se convierten en víctimas, por eso a este triángulo a veces se le llama “las tres caras de una víctima”.

¿Es decir que cada uno tiene un rol diferente?
• Aunque tenemos un rol inicial o preferido con el que nos identificamos más, cada uno representa los tres roles en determinado momento, incluso en cuestión de minutos o segundos. Son interdependientes y complementarios, por eso es un juego de roles. Si nadie juega contigo, el juego se termina.

¿Cómo empezamos a adquirir estos roles?
• En la infancia con nuestras familias de origen, ya sea de forma directa u observada en los otros.
• Si te sobre protegieron, empezarás la vida como víctima.
• Si no pudieron satisfacer tus necesidades como lo necesitabas, te resientes y empiezas como persecutor.
• Si te hicieron sentir ignorado, abandonado o no importante, de adulto haces lo mismo contigo y empezarás como rescatador; eres el clásico codependiente”

¿Qué hacer?
• Tienes que darte cuenta de los roles que en este juego juegas
• Deja de jugar el rol. De entrada el otro querrá forzarte a desempeñar “tu papel” y serás “el malo del cuento”, pero no hay una forma de salir de este juego sino pareciéndolo.
• El persecutor se volverá víctima para que lo rescates o te dirá desconsiderado si eras el rescatador.
• El rescatador se volverá tu persecutor si eras la víctima o buscará victimizarse si eras el persecutor.
• La víctima te reprochará tu abandono si eras el rescatador o se convertirá en persecutor si tú lo eras.
• Tienes que convertirte en un adulto que se haga cargo de su propia vida, que no tenga necesidad de controlar la de los demás, ni despertar la lástima de nadie para ser amado.
• Persecutor: La víctima no es culpable de tu enojo y tu resentimiento, busca ayuda para ti mismo.
• Víctima: Hazte cargo de tu propia vida; mostrarte débil y necesitado, cuando en realidad no lo eres, sólo te traerá el desprecio y manipulación de los demás.

• Rescatador: Ayuda sólo al que te lo pida y que realmente lo necesite.
• Ofrece respuestas cortas que no ofrezcan ni aceptación ni resistencia a lo que el otro dice y que no den pie a perpetuar la discusión.
• Me tienes harto con tus quejas.
• Entiendo que no te guste escuchar quejas.
• Yo siempre tengo que hacerlo todo, tú no sabes qué es estar todo el día cuidando a los niños.
• Comprendo que debe ser muy cansado

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