Las relaciones amorosas pueden
pasar por muchas fases y enfrentarse a toda una serie de vicisitudes que pueden
acabar con ellas o, el caso contrario, hacerlas más robustas. En la mayor parte
de los casos siempre hay algo a lo que agarrarse para continuar y lo principal
es la existencia del amor que se profesa la pareja. Es ese amor lo que es capaz
de superar toda clase de problemas. Las cosas se complican cuando se acaba el
amor.
No es fácil continuar con
alguien cuando ya no se le quiere, o no de la misma forma que antes. Ni que
decir tiene cuando ese mismo amor se empieza a sentir por otra persona. No
siempre tiene que haber terceras personas de por medio ni una situación en la
que se pasa del amor al odio. A veces, simplemente, el amor se acaba. Lo
habitual es que le preceda el sexo, todo sea dicho.
Rocío Jurado cantaba aquello
de 'se nos acabó el amor, de tanto usarlo'. A pesar de lo cómica que nos pueda
parecer esta sentencia, lo cierto es que una relación sin amor es una de las
situaciones más duras a las que hacer frente como pareja. Puede haber motivos
por los que a pesar de ello seguir adelante, aunque la falta de amor en si
misma es una gran razón para ponerle fin. No siempre acaba la cosa en divorcio.
¿CÓMO SABER QUE SE ACABÓ?:No siempre el amor es para
toda la vida. Incluso existen estudios que aseguran que el amor real en una
pareja dura cuatro años y a partir de ahí recurren a diferentes cosas para
incentivar su relación. Primero suele ser la boda, luego los hijos y así, poco
a poco, están cubriendo los huecos que les dejarían ver que se acabó.
Evidentemente, esto no es
ninguna ciencia exacta y si cada persona es un mundo imaginaos lo diferentes
que son las parejas entre si. Lo que está claro es que el amor loco y el sexo
apasionado de los primeros momentos de una relación se va transformando con el
paso del tiempo y en ocasiones se acerca más a la amistad y la camaradería.
En ocasiones, esto se
evidencia de manera notable cuando descubrimos que empezamos a tener
sentimientos similares por otras personas y deseamos practicar sexo con ellas
en vez de con nuestra pareja. La llegada de terceras personas no es siempre
buscado de manera intencionada. Puede darse el caso de que la anterior relación
estuviera muerta y sus integrantes no se dieran cuenta hasta entonces.
Otras veces nos damos cuenta
por cuestiones de lo más cotidianas. Empezamos a aborrecer aquellos detalles de
nuestra pareja que nos parecían irresistibles, no tenemos prisa por llegar a
nuestros encuentros ni mucho menos por pasar tiempo juntos, cada vez nos
distanciamos más sin motivo aparente y del sexo, ni hablamos.
LA RUTINA EN LAS RELACIONES DE
MUCHOS AÑOS:El amor se puede acabar en
relaciones más o menos cortas y también en aquellas largas. En este último caso
me refiero a los habituales matrimonios -o parejas sin más- que llevan décadas
juntos. Han pasado su juventud unidos, han tenido hijos, estos han crecido, se
han ido de casa,... Y llega un día en el que miran a la otra persona y se
preguntan si aún existe amor, incluso si lo conocen siquiera.
El mero hecho de preguntártelo
ya nos da pistas de que algo no marcha bien en la relación. Puede ser que os
hayáis asentado en una rutina y que necesitéis un poco de interés para
recuperar lo vuestro. Pero también puede darse el caso de que la persona de la
que te enamoraste no es la misma que tienes ahora a tu lado.
Con el paso de los años las
personas cambiamos. Se modifica nuestra personalidad, nuestros gustos y hasta
nuestra forma de ver la vida. En parejas que llevan décadas juntas puede que
eso quede en un segundo plano y no se vea mientras tenéis hijos y trabajos a
los que acudir a diario.
Sin embargo, es habitual que
estas diferencias salten a la vista cuando los hijos se van de casa o cuando
nos jubilamos y empezamos a pasar más tiempo con la pareja. Puede pasar incluso
en vacaciones, cuando la falta de obligaciones laborales hace que pasemos más
tiempo juntos y sea entonces cuando nos demos cuenta de que falta el amor.
¿EL DIVORCIO ES LA SOLUCIÓN?:Si no quieres a una persona,
¿tiene sentido estar con ella? La respuesta lógica y que la mayor parte de
nosotros daríamos es no. Sin embargo, hay ocasiones cuando la relación ya lleva
varias décadas, en que se haya ido el amor como lo conocimos pero siga
existiendo otro tipo de amor y cariño.
Llegada a una edad es difícil
plantearse dar el paso del divorcio para vivir sin tu pareja. Puede que tampoco
tengas intención de rehacer tu vida. Viéndolo desde ese punto de vista: ¿merece
la pena perder a un compañero? Viéndolo desde esa manera no parece raro pensar
que se puede seguir con esa pareja cuando no exista el amor que hubo antaño.
En cualquier caso,
hay que tener en cuenta los sentimientos de la otra parte. Si sigue enamorado
es un aliciente a tener en cuenta para querer mantener la relación. Si quiere
llevar otra vida al margen entonces quizás ha llegado el momento de empezar a
buscar un abogado para que os tramite el divorcio y los dos rehagáis vuestras
vidas.
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