El conflicto familia-empleo es
una realidad con la que se enfrentan todos los trabajadores y trabajadoras.
Aunque las empresas han
tardado en darse cuenta, existen algunos negocios que ofrecen horarios
flexibles para que las personas puedan atender sus responsabilidades familiares
sin descuidar su trabajo.
Este es el caso de Maggie
Sisco y Shari Rosen. Cansadas e incapaces de responder a sus responsabilidades
laborales y familiares decidieron, hace años, presentar una propuesta
revolucionaria a su jefe: Compartir un mismo puesto y dividirse el salario. Con
un trabajo a tiempo parcial pudieron ocuparse de sus familias sin descuidar su
trabajo.
“Compartir un trabajo nos ha permitido tenerlo todo de una manera que
muchas mujeres creen imposible”, afirma Rosen quien, junto con Sisco, dirige
ahora su propia empresa consultora Share Goals, que ofrece asesoría sobre cómo
lograr el soñado equilibrio entre la vida familiar y el empleo.
“A las personas
que presenten una opción alternativa o flexible a su jefe les diríamos que
siempre muestren los beneficios que esa opción representaría para la compañía.
Deben esforzarse para mostrarle al jefe cómo se beneficiaría la empresa si les
ofrece a sus empleados esa opción”, agrega Rosen.
Cambios sociales Este problema
es un reflejo de los cambios sociales de las últimas décadas. Actualmente, el 60
por ciento de las mujeres con niños menores de seis años y el 75 por ciento de
las madres de pequeños en edad escolar trabajan.
El conflicto trabajo- familia
ha sido reconocido ya a nivel político. Para resolverlo, se han creado
legislaciones como la Ley de Ausencia Médica y Familiar (Family and Medical
Leave Act), que permite que el empleado se ausente de su trabajo durante 12
semanas por motivos graves de salud propia o familiar o por el nacimiento de un
niño.
Lo cotidiano Pero los problemas diarios -el cuidado de los niños por las
tardes, las visitas al médico o la participación en la educación del niño-
representan todo un reto para un porcentaje inmenso de asalariados. Y es que el
47 por ciento de los trabajadores estadounidenses están a cargo de pequeños,
ancianos o discapacitados.
Organizaciones y grupos de mujeres insisten en que
existen soluciones: estrategias y políticas de trabajo que faciliten la vida de
la empleada. Estos grupos promueven políticas amistosas para la mujer y las
familias. Una de estas es el Labor Project for Working Families, que defiende
algo tan simple como los horarios alternativos.
“Los horarios alternativos se
han convertido en algo cada vez más importante para las familias trabajadoras
que intentan equilibrar sus trabajos y sus responsabilidades familiares”,
afirma esta organización. Soluciones para el equilibrio Acuerdos de horarios
flexibles:
Permiten que los empleados decidan cuándo empezar y terminar su
jornada laboral dentro de un período determinado de horas. Trabajo compartido:
Dos trabajadores a tiempo parcial se reparten el trabajo de un empleado a
tiempo completo.
Los beneficios son proporcionales al número de horas
trabajadas. Semana comprimida: Permiten a los empleados cumplir con sus horas
de trabajo semanal en menos días. La solución más común es trabajar 10 horas
diarias durante cuatro jornadas.
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