jueves, 3 de agosto de 2017

7 cosas que no sabías sobre la ansiedad y que te ayudarán a afrontarla

Las mujeres gestionamos el estrés y la ansiedad de un modo más eficaz que los hombres porque sabemos reconocer nuestras emociones y tenemos más facilidad para hablar de ellas.

Ahogo, palpitaciones, nerviosismo extremo, bloqueo mental, tensión muscular… ¿Quién no ha tenido en alguna ocasión una crisis de ansiedad? La vida cotidiana nos pone a veces ante situaciones que no sabemos muy bien cómo afrontar y que nos superan.

La ansiedad puntual, la que podemos sentir, por ejemplo, a la hora de hablar en público, o por el simple hecho de subir a un avión. No tendría importancia si fueran acciones que lleváramos a cabo en muy pocas ocasiones y que no alteraran en absoluto el equilibrio de nuestra vida. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando la ansiedad “se instala” en nuestra vida y empezamos a ser víctimas del miedo y los pensamientos obsesivos casi a diario?


Es un riesgo para nuestra salud física y emocional. De ahí la importancia de saber gestionar esa ansiedad cotidiana, y de ahí también la necesidad de conocer todos estos aspectos sobre ese angustiante sentimiento.

1. Evitar o no saber reconocer las emociones deriva en una ansiedad posterior: Te pondremos un ejemplo: estás en una reunión familiar y, debido a un malentendido y una posterior discusión, acabas teniendo un problema con algún familiar. No le das importancia, no quieres pensar en ello pero, a partir de entonces, evitas radicalmente acudir de nuevo a esas reuniones y, más aún, desarrollas cierta incomodidad y pensamientos negativos hacia algunos miembros de tu familia.

En este caso lo que deberíamos haber hecho es reconocer nuestro problema con esa persona en concreto con quien tuvimos la desavenencia. Hablar y razonar con ella, pero sin echar culpas al resto de familiares, evitando así sobrecargar la tensión emocional y la ansiedad. Evitar o huir de ciertas situaciones no hace más que aumentar el problema.


2. Diferencias en nuestra química cerebral: Seguro que habrás conocido a personas que apenas demuestran ansiedad por nada. Personalidades serenas que rara vez se inquietan o que afrontan sus problemas con gran equilibrio. En cambio, hay quien, ante el más mínimo problema, desarrolla de inmediato una gran ansiedad, pensamientos negativos e incluso evitación.

¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué somos tan diferentes unos de otros? La dopamina y la serotonina son los neurotransmisores que generan estos procesos de ansiedad, y hay personas que padecen una sobreexcitación en estos circuitos cerebrales que les hacen reaccionar de una forma más intensa en comparación con otras personas.

3. Señales de advertencia: Hay quien no lo percibe, hay quien no es consciente de que está dejando que la ansiedad se instale en su vida de un modo gradual y hasta peligroso. ¿Cuáles serían esos primeros síntomas de advertencia?


Dolor de cabeza
Migrañas
Problemas para dormir
Irritabilidad
Cansancio
Problemas para hacer la digestión
Calambres musculares, temblor de manos

4. La ansiedad se relaciona con otros problemas: La mayoría de las veces la ansiedad no aparece sola. De hecho, podríamos decir que está claramente relacionada con otras situaciones que debes tener en cuenta:

Algún problema emocional, una decepción, una pérdida… Todo ello hace que tengamos más dificultades para enfrentarnos al día a día y que cualquier aspecto nos produzca ansiedad.

Depresiones. No siempre es fácil diagnosticar una depresión, de ahí que, en muchas ocasiones, las personas deriven en otro tipo de problemas si saber que la verdadera raíz del problema es una depresión.

5. El poder del ejercicio físico: Puede que te sorprenda, pero para muchos médicos y psiquiatras, no hay mejor tratamiento para la ansiedad cotidiana que un poco de ejercicio al día. Salir a caminar, dar un largo paseo para poner en marcha nuestro corazón, para liberar toxinas, donde se generen cambios químicos en nuestro organismo, nos permite afrontar este problema de un modo muy adecuado.Vale la pena tenerlo en cuenta.

6. Todos vamos a sufrir en nuestra vida algún episodio de ansiedad: La ansiedad forma parte del ser humano. Todos somos “falibles”, todos tenemos miedo a alguna cosa y, lo más importante, la vida a veces nos pone ante situaciones que no sabemos muy bien como manejar al principio, de ahí que aparezca la ansiedad.


No obstante, debemos pensar en ella como en un mecanismo de defensa o de “alerta”, como una señal de alarma que nos indica que  hay algo que debemos hacer, algo que debemos cambiar o afrontar. Si huyes, el problema se hace más grande, así que mira frente a frente a esa situación de estrés y resuélvela.

7. La ansiedad afecta más a las mujeres: Según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, el estrés y la ansiedad recaen en mayor grado en las mujeres, sobre todo entre las edades comprendidas entre los 15 y los 50 años. ¿La razón? Solemos tener muchas responsabilidades, nos anticipamos más a las cosas, les damos muchas vueltas, pensamos también mucho en los demás antes que en nosotras mismas… Y todo ello deriva en esos ataques repentinos de ansiedad o en un estrés que puede almacenarse años y años.

Sin embargo, hay algo que tenemos a nuestro favor y que nos diferencia de los hombres: podemos afrontar el estrés y la ansiedad mejor que ellos, porque tenemos más facilidad de hablar de nuestras emociones. Sabemos reconocerlas y gestionarlas de un modo más eficaz.

No olvides todos estos aspectos y afronta mejor tu ansiedad cotidiana.

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