Existe un tipo de violencia
sorda, muda, invisible en la que se hace sufrir a la víctima mediante la
culpabilización o desvalorización aprovechando el cariño que ésta siente hacia
su agresor: el maltrato psicológico.
Qué es el maltrato
psicológico: Existe un tipo de violencia sorda, muda, invisible: el
maltrato psicológico. La mayoría de las definiciones coinciden en describir el
maltrato psicológico como cualquier tipo de comportamiento repetido de carácter
físico, verbal, activo o pasivo, que agrede a la estabilidad emocional de la
víctima, de forma continua y sistemático. El objetivo de dicho comportamiento
es hacer sufrir a la víctima mediante la intimidación, culpabilización o
desvalorización aprovechando el amor o cariño que ésta siente hacia su agresor.
Este tipo de maltrato es el
más difícil de identificar y evaluar por lo que la gravedad se estima según su
frecuencia e impacto psicológico que ocasiona a la víctima. A pesar de que
muchas personas lo asocian con las malas relaciones de pareja, el maltrato
psicológico puede aparecer en distintos ámbitos. pareja, familia y trabajo,
pudiendo ejercerse por parte de un hombre hacia una mujer o viceversa.
A continuación, te mostramos
cómo puedes reconocerlo, cuál es el perfil de víctima y maltratador y cómo
podemos actuar para prevenirlo y para romper con las cadenas emocionales que atan
a la persona maltratada de aquella que la maneja psicológicamente.
Manifestaciones del maltrato
psicológico: cómo saber si lo sufres:
Seré yo que me lo tomo muy a
la tremenda? ¿Lo habré provocado yo? ¿Tal vez si hubiera contestado de otra
forma…? Mejor no le digo que… no va a ser que… Estos diálogos son frecuentes en
las personas maltratadas con relación a su agresor. Si debido al agotamiento
emocional al que están sometidas las víctimas son capaces de justificar una
agresión física, cuánto más no van a ser capaces de justificar una agresión no
patente, aparentemente subjetiva como es el maltrato psicológico. Por ello, es
importante informar a las personas acerca de qué tipo de comportamientos no
deben estar nunca permitidos cuando se dan de forma repetida.
El maltrato psicológico se
subdivide en las siguientes categorías en cuanto a sus manifestaciones:
Maltrato económico o
financiero: El maltratador quiere
controlar de forma absoluta los recursos económicos de la víctima. Para ello
controla sus ingresos, no le permite trabajar, le solicita que justifique los
gastos, le obliga a pedir préstamos, le permite un presupuesto de gasto límite,
hace las compras para que la víctima no tenga dinero, le corta el teléfono, no
le permite el acceso a las cuentas bancarias, le castiga/recompensa con el
dinero, etcétera.
Maltrato estructural: El maltratador ejerce un poder
sobre la víctima basándose en la desigualdad que, según él le hace superior.
Para ello emplea frases para desvalorizarle y con imperativos (por ejemplo
“esto es así porque quiero yo”), toma decisiones sin consultarle, le cuestiona
las suyas, le recuerda sus fallos de forma persistente, no se compromete a
hacer nada por ella, le obliga a asumir responsabilidades, le obliga a mantener
relaciones sexuales y la castiga con la indiferencia o el enfado cuando se
niega a mantenerlas.
Maltrato espiritual: Se refiere a la eliminación
o ridiculización de las creencias o ideales de la víctima obligándole a aceptar
las suyas propias. En este caso el maltratador no le deja elegir o minusvalora
sus decisiones, constantemente le recuerda que sabe hacer las cosas mejor que
ella, no le permite hacer actos acorde a sus creencias o los ridiculiza, habla
mal de personas que comparten los ideales de ésta…
Maltrato social: Tiene lugar cuando se aísla
a la víctima reduciendo sus relaciones sociales, controlándolas o ridiculizándola
delante de éstas.
Otras de las manifestaciones son escuchar sus conversaciones,
leer sus mensajes de texto o correo electrónico, le restringe las relaciones
con sus familiares y amigos, le acompaña de forma obligada siempre que queda
con amigos, no le da oportunidades para conocer gente nueva, le ridiculiza
cuando habla delante de otras personas, le saca defectos delante de sus amigos,
etcétera.
Las consecuencias del
maltrato psicológico pueden agruparse en las siguientes categorías:
Consecuencias psicológicas:La primera manifestación es
la baja autoestima. Algunos estudios sostienen que las personas con baja
autoestima tienen una mayor predisposición a sufrir este tipo de problemas
cuando cruzan sus vidas con un maltratador, por lo que en algunos casos la baja
autoestima puede ser un antecedente de los mismos.
Además es frecuente la
experimentación de sentimientos de culpa e indefensión acompañados por niveles
elevados de estrés crónico y ansiedad, que en muchas ocasiones son causantes de
las secuelas físicas. Por otro lado, el consumo de sustancias o incluso la
adicción a las mismas (psicofármacos, alcohol, drogas, etcétera) como forma de
huída de la realidad puede ser otra secuela psicológica de los malos tratos.
Consecuencias físicas: Aparecen una serie de
trastornos asociados al estrés crónico que puede actuar como predisponente o
mantenedor de los mismos. Entre ellos encontramos: alteraciones en el sueño,
hipertensión, alteraciones digestivas, dolores de cabeza, dolores musculares,
etcétera.
Consecuencias sociales: El aislamiento es la
principal repercusión del maltrato. La víctima se siente distinta al resto,
cree que nadie la creería por lo que de forma progresiva se va distanciando de
amigos, familiares… También puede verse afectado su rendimiento por lo que
pueden aparecer repercusiones serias en su productividad laboral o académica.
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