Actualmente existen muchas
relaciones que se están sosteniendo no por amor, sino por la dependencia
emocional, esa sensación que hay de necesidad, de no poder separarse de una
persona, se crea una preocupación constante por saber cómo esta, si ya almorzó,
si descanso, simplemente necesita tener a esa otra persona al lado para
sentirse bien, pero al mismo tiempo, existe otra sensación que impulsa a
alejarse justo cuando se está con ella.
Generalmente cuando se habla
de dependencia, se hace sobre todas las relaciones, ya sea de pareja, familiar,
laboral, no importa en qué núcleo se encuentre la relación, es muy probable
crear esa relación de dependencia Se pueden encontrar dos tipos de
dependientes, los más comunes son aquellos que no pueden estar solos por mucho
tiempo, por lo cual se terminan involucrando en relaciones que no tienen ningún
futuro.
Es tanta la necesidad
de una persona en este tipo de relación, que, lo único que importa es tener
algo de compañía, así esta sea agresiva. El otro tipo de dependiente, es aquel
que se cierra y crea una barrera invisible para protegerse, un claro ejemplo es
cuando dicen la típica frase “Yo no necesito a nadie, estoy mejor solo(a)”, en
el fondo tienen una necesidad de ser aceptados y valorados.
Cuando no se
controla esta dependencia en la relación, no importa el tipo, se producen
muchos enfrentamientos, con quienes estén más cerca, con el simple hecho de querer
proteger la relación, cabe resaltar que la persona dependiente nunca será
feliz, ya que siempre vivirá atada a las opiniones y estímulos de los demás.
Es
muy común que la persona dependiente tenga problemas de depresión y de
autoestima baja, ya que el simple hecho de esta con una persona que no quiere
la relación y solo está a su lado por interés causa este tipo de desórdenes
mentales.
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