¿Alguna vez has analizado cómo
te levantas de la cama cada mañana? Casi nadie le da importancia a ese momento,
pero la verdad es que puede ser uno de los más cruciales del día. Así, la forma
en la que empiezas la jornada tendrá un impacto significativo en su
transcurrir, o al menos así lo dicen los estudios. Hay muchas personas a las
que, si les preguntáramos en el momento de levantarse, cambiarían una buena
suma de dinero por cinco minutos más entre las sábanas. Dentro de este grupo,
hay otro subgrupo de personas que estiran el tiempo de descanso todo lo que
pueden, de manera que se condenan a empezar el día corriendo. Para muchos,
salir de la cama es un momento desagradable, el primer escollo que deben
afrontar en un día normal.
Obedece al despertador:Muchos
usan despertadores que repiten la alarma cada 5 minutos, anticipando que no se
van a levantar con el primero. Si tienes uno de esos, te animo a que elimines
esa posibilidad. Un estudio de la European Sleep Research Society (ESRS)
confirmó que postergar la alarma una y otra vez genera “pérdida de memoria,
menor capacidad de reacción y disminución del rendimiento durante la jornada”.
Si te levantas, agradece y
motívate: Si te levantas inmediatamente, pensando solamente en qué hora es o en
lo que tienes que hacer durante el día, probablemente vas a comenzar tu jornada
con el ánimo bajo. No te entregues al estrés y a las preocupaciones desde el
primer momento de la mañana.
No es tan difícil, basta con
que te tomes 1 minuto para agradecer por un nuevo día. Piensa que eres una
persona valiosa, que se esfuerza por seguir adelante y que mereces un buen día.
Hasta puedes diseñar tu propio ritual, una especie de plegaria o de oración que
aprendas de memoria y recites cuando te levantas. Verás cómo ese minuto te da
una excelente disposición para el día que comienza.
Respira y estírate: Después de
tu minuto de agradecimiento y de automotivación, lo que sigue es sentarte en la
cama y estirarte. Lo más que puedas. Extiende plenamente los brazos, al tiempo
que flexionas y estiras las piernas. Este simple movimiento le indicará a tus
músculos que es hora de prepararse para un tiempo de actividad, pero sin
tensión.
No tomes café, toma agua:Los
orientales aseguran que quien toma un vaso de agua diariamente, en ayunas,
evita múltiples enfermedades y prolonga la vida. Tomarte un vaso de agua te
despierta y activa tu digestión de una manera suave y benéfica. También te
ayuda a eliminar toxinas y termina de despertarte.
Es muy usual que cuando te
levantas, para llenarte de energía, te tomes un café. Sin embargo, hay
sospechas de que el café muy temprano puede inhibir la producción natural de
cortisol, la hormona del estrés, que es necesaria para afrontar el día. Lo
recomendable es tomar la primera taza de café hacia las 9.30 o 10 de la mañana.
Olvídate de revisar el correo
electrónico o el celular: En primer lugar, no es una buena costumbre dormir con
el teléfono móvil al lado de tu cama, a menos que esté completamente apagado.
Hay razones para pensar que estos aparatos inciden de manera negativa sobre el
descanso durante la noche. Además, si lo usas como alarma y lo mantienes lejos,
tendrás que salir de la cama para apagarlo.
Lo más recomendable cuando te
levantes es precisamente esta rutina de autocuidado. Si te fijas, no te llevará
más de cinco minutos y, en cambio, se verá reflejada en una mejor actitud y un
mejor estado de ánimo durante todo el día. También es una práctica que
incrementa tu autoestima y que a la larga elevará tu calidad de vida.
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