jueves, 6 de julio de 2017

Aprendiendo a ser feliz

Es muy importante aprender a ser feliz día a día y mantener este estado a lo largo de nuestra vida. En los últimos tiempos se ha estudiado y puesto más énfasis en la psicología positiva. La psicología positiva es una disciplina que estudia aquellos aspectos positivos del bienestar físico, mental, relacional, emocional y espiritual, para ayudarnos a tener una vida más plena disfrutando del presente y en continuo crecimiento personal.

Las personas pesimistas tienen ocho veces más posibilidades de deprimirse y tener problemas de salud, una vida más corta y relaciones sociales menos satisfactorias e inestables. Sin embargo, las personas optimistas que desarrollan la psicología positiva tienen más éxito, son menos propensas a la depresión, establecen mayor número de relaciones sociales y más completas, se desarrollan más profesionalmente y su calidad de vida es mejor. ¿Cuál de las dos opciones prefieres? Creo que está claro.


Cómo identificar mejor las emociones: Podemos sentirnos felices si nos sentimos bien en relación al pasado, al presente y al futuro. Seligman relacionó ciertas emociones con distintos momentos. Según este autor, respecto al futuro encontraríamos emociones positivas tales como optimismo, fe, esperanza, confianza; en relación con el presente, alegría, tranquilidad, entusiasmo, euforia, placer y capacidad de fluir; y asociadas al pasado, satisfacción, realización personal, orgullo, complacencia y serenidad.


¿Te persigue el pasado, te asusta el futuro o te disgusta el presente? Trata de identificar qué marca más tu vida, suaviza las emociones negativas que son contrarias a todas las nombradas e intensifica todas estas. Ocúpate del presente y no te preocupes tanto por lo que quedó atrás o lo que está por llegar. Si tu mente tiende a arrastrar el pasado es susceptible a la depresión, si estás agobiado por el futuro puedes sufrir ansiedad. Vive en el presente, ahora, y te encontrarás en el término medio que es donde está la virtud.


Aumenta las emociones positivas por ti mismo: Podemos incrementar intencionalmente la capacidad de experimentar y maximizar las emociones positivas. Cada uno de nosotros tiene ciertos rasgos o fortalezas que se presentan a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones, produciendo consecuencias positivas. Si ponemos éstas en práctica tendremos una visión más positiva de nosotros mismos y nos estaremos estimulando para propiciar bienestar.


Intenta detectar en ti estos rasgos que te caracterizan o que has practicado en situaciones trascendentes de tu vida: fluidez, optimismo, esperanza, sinceridad, capacidad de amar, coraje, habilidades interpersonales, perdón, perseverancia, originalidad, talento, sabiduría, responsabilidad, cuidado, altruismo, moderación, ética, pacifismo, fe, honestidad, etc. Todas estas, entre tantas más, son características que seguro que tú tienes, y que forman parte de la vida de la gente positiva y feliz. Si te centras en ellas y dejas de lado las emociones negativas, atraerás más felicidad a tu vida.


Observa tus fortalezas, fíjate un propósito, empieza por educar tu propio optimismo y trata de favorecer al resto para que también lo alcance. Si tú mismo y tu alrededor se contagia de rasgos positivos y buenos valores, estarás llenando tu vida de felicidad.


Práctica la felicidad cada día: Para ser un poco más feliz cada día, hemos de ir incorporando hábitos que nos ayuden a alcanzar y mantener este estado, poniendo en práctica nuestras fortalezas y tratando de desarrollarlas con entusiasmo, marcándonos objetivos, aprendiendo de lo que nos sucede y disfrutando de ello, prestando atención a lo que nos aporta el entorno, lo que nos hace crecer y sumar, y dejando de lado todo lo que resta, nos retiene o nos insta a retroceder en nuestro propio progreso personal.

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