viernes, 1 de septiembre de 2017

No permitas ser la segunda opción de nadie, cuando mereces ser prioridad

Y de pronto aparece esa persona que te hace dudar de algo que nunca deberías dudar.

Muchas veces, en lo que al amor se refiere nos enfrentamos al gran dilema: ¿Escuchar a nuestro corazón o a nuestro cerebro? Y es que al parecer, el amor es una fuerza incontrolable que lo llena y lo controla todo, y cuando toca a nuestra puerta es como entrar a una dimensión desconocida, en la que si no estamos atentos es fácil ignorar elementos negativos, conductas, defectos y situaciones importantes que necesitan ser evaluadas con claridad en la otra de la persona antes de entablar lazos afectivos.

Esto llega a ser un poco complicado, porque la mayoría de las veces optamos por escuchar al corazón y luego nos arrepentimos porque terminamos totalmente defraudados: “¿Por qué no lo pensé antes?”. Por lo tanto, lo ideal sería utilizar tanto el corazón como el cerebro en este tipo de decisiones.

Es algo que nos pasa tanto a las mujeres como a los hombres cuando nos enamoramos, por tratar de conquistar a la persona que nos interesa hacemos cualquier cosa para agradarla; digo, es muy válido, es parte del proceso, pero nunca hay que olvidarnos de nosotros mismos, de nuestra dignidad y estar muy consientes de que el amor nunca, pero nunca se mendiga: se merece.

Sé que suena muy cliché, pero soy de la opinión de que antes de darnos a otra persona por completo debemos amarnos y estar plenamente convencidos de que también somos importantes y que tenemos mucho que ofrecer, que somos únicos, que merecemos que nos amen, que nos den atención, cariño, respeto, comprensión, etc.

Posiblemente llegar a la conclusión de que el problema no eres tú, sino la otra persona, no será inmediata, porque no es un proceso sencillo, necesitas pasar una serie de situaciones que te hagan entender que la persona que tienes enfrente fue incapaz de valorarte como te mereces, pero el tiempo es sabio y todo mejora, lentamente, pero mejora.

Aunque también existe el otro caso, cuando por nuestra voluntad decidimos involucrarnos y enamorarnos de alguien que no está disponible, personas casadas o con una relación. Aquí hay que estar muy alertas, porque ese tipo de situaciones lo único que generan es un círculo vicioso del cual es muy difícil salir. Qué fácil nos es creer en frases como: “Yo te amo a ti”, “Te prometo que voy a dejar a esta persona por ti”, y son frases que no pasan de ahí, pero si usamos un poco nuestro sentido común verás que nadie que te ama te va a tener como una segunda opción, porque sin pelos en la lengua, eso eres, “una segunda opción”, alguien que está siempre ahí a la espera de un poco de afecto, conformándose con migajas, esperando que algún día le den el lugar que merece, lo cual puede tardar años o, peor aun, como la mayoría de los casos, nunca sucederá.

No aceptes ser opción de nadie, no permitas darle la importancia a alguien a quien realmente no le importas. No dejes entrar a tu corazón a personas que no lo merecen, personas que lo único que harán es robarse todo y que al irse lo único que nos dejarán es un gran vacío por dentro y muchas heridas por sanar.

Aquí no hay que olvidar que nadie es indispensable, que si bien podemos sentir en un momento dado que nuestro mundo se acaba sin la otra persona, que hemos perdido el propósito de nuestra vida, no será así. Empezar de cero es demasiado complicado y el rumbo a tomar puede ser desconocido, pero ningún nuevo rumbo por descocido que sea, es negativo. Nadie muere por amor y menos si es un amor tan pobre que no esta a nuestra altura.

Es muy difícil escuchar razones cuando estamos enamorados, y cuando alguien trata de abrirnos los ojos nos molestamos, nos alejamos, nos olvidamos que allá afuera hay un mundo lleno de cosas maravillosas, de personas que sí merecen la pena, que nos quieren con sinceridad y son capaces de darnos ese amor que merecemos. Es cierto que cada quien es dueño de su vida y hace con ella lo que quiera, pero por qué no tratar de hacer lo mejor con ella, tratemos de ser felices, de no hacernos daño a nosotros mismos, no nos autodestruyamos, hay que proteger siempre y antes que nada nuestro corazón. Aquí nadie esta a salvo! Pero no hay que olvidar que no hay que hacer a otros lo que no nos gustaría que nos hagan, si amas a alguien intenta dar siempre lo mejor de ti, de ninguna manera utilices a otras personas, ni tampoco permitan que nadie te utilice a ti.

Todo nos enseña una importante lección y ahora sabes que si esto vuelve a ocurrir en tu vida tienes un par de verdades para todo aquel que no sepa valorarte como es debido: no tienes tiempo para alguien que no te tome en serio, no tienes tiempo para alguien que te haga dudar de todo lo que has construido y desde hoy en adelante, dejarás ir a todo aquel que le reste cosas a tu vida en vez de sumarle, incluso si es doloroso.

Este es el nuevo comienzo, este es el nuevo rumbo y nunca más volverás a perderte, porque aunque fuiste una opción, desde hoy en adelante siempre serás una prioridad. Hay tanto peces en el mar –como dicen por ahí- que podemos encontrar a alguien que nos dé el lugar que merecemos, que nos haga sentir tan increíbles como pensamos que somos.

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