Casi
todas las mujeres sueñan con encontrar el amor de su vida. Muchas viven
esperanzadas y lo esperan en cualquier momento, otras ya piensan que no llegará
y se contentan con otros que no llegan a ese pedestal.Pero
en ocasiones las cosas no son como aparecen a primera vista.
Ocasiones
perdidas, relaciones importantes. Se
dice que muchas veces se deja pasar a una persona que bien puede ser ese ideal,
simplemente porque no se la reconoce. De hecho, la visión idealista del amor,
reforzada por la literatura y el cine románticos, constituyen un gran obstáculo
en este aspecto.
Hay
ciertos aspectos que definen a una relación importante. Uno de ellos es que
olvidas tus malas experiencias pasadas y estás dispuesta a embarcarte en la
aventura de otra pareja, venciendo tus miedos. Incluso, un día te das cuenta
que has olvidado por completo a tus desafortunadas experiencias o las sientes
como algo lejano, ajeno y ya totalmente superado.
Otro
aspecto, que parece menor pero que es fundamental: el buen humor de quien es tu
pareja. Algunos dirán que es trivial, pero el buen humor permite enfrentar los
problemas que todos atravesamos en la vida. Un
tercer factor es que esa persona te reafirma en tu autoestima, realzando tus
virtudes y poniendo en su justa medida tus fallos.
¿Habrá
alguna manera de reconocer “al amor de tu vida”? ¿No será justamente la persona
con la que estás saliendo ahora? ¿O será ese chico al que en ocasiones
extrañas?
Tal
vez estos aspectos te ayuden a saberlo.Cuando
ves a esa persona o incluso cuando piensas en ella, se dibuja una sonrisa en tu
cara, te tiemblan las piernas y sientes una extraña sensación extraña en tu
estómago, como si volaran mariposas adentro.
Siempre
que necesitas apoyo, para lo que sea, él está allí para ti, ya sea compañía
para estudiar, despejar una duda o enfrentar un momento de dolor, tristeza o
confusión. Hace cosas por ti que no haría por nadie más y que nadie había
hecho. Te acompaña a donde necesites y tú haces lo mismo por él. Ve tus
películas preferidas, aunque no le gusten tanto y lo hace siempre con buena
onda.
Cuando
estás con él, buscas la manera de ser una mejor persona, de superarte a ti
misma, de lograr tus más íntimos anhelos. Asimismo, compartes los de él y te
alegras por sus logros, además de trabajar juntos por las metas de cada uno.
Simplemente esa persona saca lo mejor de vos y te inspira siempre.
Puedes
compartir horas con él y siempre te parecen pocas. Cualquier tema se te hace
interesante y sueñas con la posibilidad de un próximo encuentro. Esas charlas,
aunque sea sobre un tema poco importante, ya te alcanzan para sentirte de buen
humor y dormir con una sonrisa en la boca. Con él, hasta los silencios son una
experiencia fascinante.
Sientes
una extrema confianza cuando estás con él y además, sientes que él también la
siente contigo. No dudas en decirle tus más íntimos secretos y te sientes bien,
equilibrada, en armonía. Esto incluye una sensación de confianza como pareja:
te sientes seguro de su lealtad y fidelidad y por eso, ni se te ocurre hurgar
en su intimidad, incluyendo su teléfono, por ejemplo.
Te
sientes feliz: más allá de los pequeños desacuerdos, en líneas generales te
sientes de buen humor. Es más: los otros se dan cuenta y te preguntan por qué.
Esa
persona te hace participar de su futuro y hace planes que incluyen una vida
juntos y todo aquello que tú deseas. Además, te hace sentir tan bien que
compartes tus propios deseos que coinciden con los de él.
Te
hace participar de su vida actual y de sus actividades, te presenta formalmente
a su familia y sus amigos.
Trata
siempre de hacerte sentir bien, te pregunta cómo te sientes, hace lo imposible
porque estés cómoda. Es siempre un “soluciona problemas” y sabes que puedes
confiar en que cualquier cosa que te ocurra, él estará allí para vos.
Está
atento a los pequeños detalles, sabe qué te gusta y qué no y trata de acercarte
siempre lo primero. Te
sientes segura por su visión de la vida y por su habilidad para solucionar
problemas, sientes que con él no hay problemas que no puedas enfrentar.
En
determinado momento, te pones a analizar y definitivamente, no es lo que habías
soñado: no tiene el físico ni el cabello deseado, no estudia ni trabaja en lo
que querías, no aspira a lo que habías imaginado, pero no te importa y sientes
que, en definitiva sí, que él es el amor de tu vida.
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