Las
discusiones de pareja, dependiendo del momento de la relación y del motivo de
la discusión, pueden hasta ser bienvenidas. Un pequeño malentendido, con el
sufrimiento desproporcionado que puede suponer si estamos empezando la
relación, suele tener una bonita reconciliación. Sin embargo, cuando la
relación se va afianzando y cuando está completamente afianzada, las
discusiones cambian. Cambian los motivos, la intensidad y las reconciliaciones.Te contamos cuáles son las discusiones más comunes
entre parejas y cómo evitarlas. Sigue leyendo y entérate de todo.
Discusiones
más comunes en las etapas de convivencia y autoafirmación: Discusiones
más comunes en la fase de enamoramiento.
En
esta etapa, no solemos discutir demasiado porque intentamos que todo esté bien
para la otra persona. Para empezar, no nos molesta casi nada, y para continuar,
lo que nos molesta, nos lo callamos.
A
pesar de que no suele haber discusiones, pueden tener lugar malentendidos
debido a que todavía no nos conocemos demasiado bien y podemos no saber
interpretar bien determinadas señales o comportamientos. También pueden
aparecer los celos y las inseguridades pero en esta primera etapa no es tan
habitual mostrarlos y discutir por ello.
Discusiones
más comunes tras el enamoramiento inicial: Ya
ha pasado el enamoramiento inicial, desde el año y medio aproximadamente,
comienzan a aparecer discusiones. Parece que se discute muchísimo y, aunque es
cierto que existen estas discusiones, lo que hace que parezcan tantas es el
contraste con la fase del enamoramiento, tan plácida. Es normal que aparezcan
distintos tipos de discusiones en pareja como los siguientes:
Discusiones
por celos en la pareja:Unas
de las más comunes son las discusiones por celos (por amigos, por exparejas…) y
la mejor manera de evitar que esto suceda es hablarlo abiertamente en frío. Se
debe dejar pasar la discusión y, con buena voluntad ambas partes, exponer qué
miedo siente cada uno, analizar entre ambos si es fundado o no, tratar de poner
soluciones, etc. En cuestiones de celos, la persona que los sufre es la que
debe solucionar su problema de autoestima, pero es interesante que la otra
parte le ayude y muestre buena voluntad.
Discusiones
por las redes sociales:También
relacionado con lo anterior, aparecen discusiones por el uso de las redes
sociales: sean comentarios a otras personas, fotografías que se muestran, etc.
Aquí es importante dejar claro que cada uno tiene su espacio propio en el que
es libre de actuar como quiera. Pero no hay que olvidar que, dependiendo del
“acuerdo” que se tenga entre ambos, hay acciones que pueden molestar a la
pareja. Se trata de calibrar y elegir. Es decir, una persona es libre de
piropear a otra en una red social; dependiendo de si la pareja tiene un pacto
tácito de no hacer esto o no, la persona deberá decidir si lo hace a sabiendas
de que puede molestar a su pareja, deja de hacerlo, trata de convencerle de que
no hay nada malo en ello, etc. Lo fundamental, como en todo, es hablarlo
claramente sin tapujos y en frío.
Discusiones
por cómo vestimos:A
veces surgen también discusiones por la forma de vestir: algunas veces se tacha
de excesivamente provocativa alguna ropa, otras veces se tacha de descuidada
otra forma de vestir… ¿Cómo evitar esto? Básicamente, debemos comunicar cuáles
son nuestros gustos propios y escuchar lo que la otra persona quiere
aportarnos. Si lo que nos dice tiene sentido para nosotros y queremos
incorporarlo, podemos modificar en algo nuestra vestimenta. Si no tiene
sentido, la otra persona tendrá que transigir y no intentar cambiarnos. A lo
largo de toda esta etapa se van poniendo a prueba muchos aspectos y del
resultado de ello, el noviazgo continúa o se interrumpe.
Ya
más avanzada la relación es posible plantearse preguntas como "por qué
discuto tanto con mi pareja" y pensar que las discusiones de pareja son
frecuentes. En esta etapa avanzada de una relación aparecen las discusiones
sobre aspectos más importantes en la convivencia y el día a día con nuestra
pareja:
Discusiones
sobre la familia política:Las
discusiones sobre las relaciones con la familia política son unas de las más
comunes. En estos casos es importante establecer hasta qué punto cada uno se va
a involucrar con su familia política y establecer límites. Es necesario no
entrometerse demasiado en los asuntos de la familia política si esto no nos
afecta directamente y puede dañar a nuestra pareja, y tampoco hay que dejar que
se entrometan en nuestros asuntos. Es un asunto delicado, pero con amabilidad y
firmeza, podemos no molestar u ofender ni que nos molesten u ofendan. Y, si
esto no sucede, no discutiremos con nuestra pareja.
Tareas
domésticas:Otra
discusión habitual es la conocida del reparto de las tareas domésticas. Esta es
solucionable con una charla con conclusiones por escrito. Se dividen las tareas
y se asignan según cada casa porque cada situación laboral y pareja es un
mundo. Una vez establecido hay que cumplirlo y ¡se acabó la discusión! Mostrar
buena voluntad haciendo lo que la otra persona más odia, si es que no es
también nuestro caso, es un buen paso.
El
tiempo que pasamos con amigos y amigas:Una
discusión que, dependiendo de la pareja, podría estar en casi cualquier fase,
es la de las salidas con los amigos o las amigas. Hay personas que no llevan
nada bien esto y se convierte en un problema. Es importante tener un espacio
propio y poder hacer lo que uno quiera siempre y cuando no falte al respeto a
la pareja, por lo que simplemente habría que dejar claro esto. Sea salir, hacer
yoga, jugar al fútbol, y se haga con amigos o solo, uno tiene derecho al
espacio propio y es saludable. Que la pareja también lo haga es igual de
saludable tanto para uno como para el otro.
Si
te preguntas cómo evitar una discusión de este tipo la respuesta es fácil: la
solución para evitarlo es hablarlo en frío y preguntar qué problemas se le
plantean a nuestra pareja para molestarse por mantener un espacio propio. Por
lo general suele responder a problemas de autoestima que, casualmente, mejora
haciendo actividades variadas solo y en grupo.
Discusiones
por el dinero:Una
discusión que suele aparecer en esta fase es por el dinero. Puede ser por
muchas causas: porque uno gana más que el otro (generalmente molesta al hombre
que la mujer gane más), porque uno gasta dinero común sin consultar, por cómo
se gestiona el dinero común, etc. Como la solución a casi todo, lo más
importante es dejar claro desde el principio la postura de cada uno, en un momento
que no haya enfado, y defender nuestra idea, negociando lo que sea razonable
para llegar a un acuerdo.
Consejos: Estas
son las discusiones más comunes entre las parejas, pero, si tienes pareja,
sabrás que la convivencia es fuente inagotable de motivos de discusión.
Recuerda, se sincero siempre y háblalo todo en frío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario