martes, 26 de septiembre de 2017

Lo confieso… espío a mi pareja

El avance de la tecnología avanza día a día y la vida del ser humano ha cambiado radicalmente: con el desarrollo del Internet y la aparición de las diferentes redes sociales, ya no es la misma la forma de estudiar, informarse, proyectar y relacionarse con los otros. Y por supuesto, el cambio también afectó a las relaciones de pareja, tanto en sus aspectos positivos como en los negativos.

Hoy es posible intercambiar con la persona amada mensajes en todo momento, enviar o recibir fotos o vídeos y hasta saber exactamente dónde se encuentra, pero también es posible que ciertos sentimientos negativos afloren y encuentren los medios para expresarse.

“Detectives” del amor: Si eres de las personas que no pueden resistir la tentación de revisar las redes sociales y los equipos de tu pareja, formas parte de un gran grupo de personas que lo hacen. En un estudio realizado en Reino Unido en el 2013, un 34 % de las mujeres confesaron que espiaban a su pareja de esta manera. Este porcentaje saltó al 62% cuando la encuesta se realizó en hombres.


Y un dato revelador: el 31% de los encuestados dijo que, si se enterara que su pareja lo espiaba, pondría fin a la relación.

Entonces: ¿por qué es tan frecuente esta conducta?
La aparición de los celos es el motivo más frecuente. Si bien la dosis exacta revela un genuino interés y un afecto sincero, su exceso puede directamente caer en lo patológico y promover conductas censurables y negativas.


No son raros los casos de personas que confiesan abiertamente revisar el smartphone, tablet o notebook de su pareja para investigar sus redes sociales. La causa puede ser diferente o más de una, ya sea para encontrar una prueba de infidelidad, confirmar una sospecha o simplemente por curiosidad.

Esta abierta violación de la privacidad de su pareja tiene muchísimos aspectos negativos y censurables y trae más mal que bien a la relación y a ambos integrantes de esta.

– Al hacerlo, se comete una grosera intromisión a la intimidad y no es algo de lo uno debería sentirse orgulloso. Constituye en sí una falta de respeto hacia tu pareja.


– No es la manera más adecuada y sana de despejar dudas o ratificar sospechas. En todos los casos debe instaurarse un espacio de diálogo claro y sincero sobre todos los temas, incluido este.


– Esta conducta marca un alto nivel de desconfianza, exactamente lo contrario a lo necesario para establecer una relación de pareja sana y sobre bases firmes. Realmente revisar el celular, explorar las redes de tu pareja, queda patente una total inseguridad sobre la otra persona y sobre la relación en sí, además de marcar lo mismo sobre quien espía.

– Si caes en esta conducta, plantéate por qué lo haces. ¿Te da tu pareja motivos reales para dudar de el/ella?¿O simplemente son ideas que se te ocurrieron? Revisa tus relaciones anteriores: ¿Hiciste lo mismo? Si no puedes manejar la situación, consulta a un profesional.

– Muchas veces esta conducta se ha instalado como un hábito por malas experiencias anteriores y no precisamente por nada que haya sucedido con tu actual pareja. No generalices, las personas no son todas iguales. Si estás actuando por lo que te pasó antes, revisa tu forma de reaccionar ante estas situaciones: no todas las personas son iguales, no proyectes tus problemas del pasado en el presente, simplemente aprende de ellos para no volver a repetirlos. Sana tus heridas, no las revivas permanentemente con conductas negativas.


– En estas “investigaciones”, normalmente “el que busca encuentra” y muchas veces no es por algo real, sino que es tanta la ansiedad y la sospecha que todo se malinterpreta para sostener la idea preconcebida. Así, un simple “hola” en el messenger puede ser la confirmación de una oscura relación y una foto en un perfil, la “prueba irrefutable” del engaño.

– Contesta sinceramente: ¿Te gustaría que a ti te hicieran lo mismo” Recuerda lo que reza el dicho: “no hagas a los demás lo que no quieres para ti”. Entrometerse en la vida privada de otros no es algo recomendable y puede generar más problemas y dudas que soluciones y confirmaciones. Piensa muy bien lo que vas a hacer.

– De alguna manera, uno construye su suerte y su destino. Si una creencia o una idea es muy fuerte, finalmente se hace realidad… aunque sea en nuestro pensamiento. Si crees que todas las personas engañan y que no hay ninguna relación de pareja que puede ser transparente, es probable que precipites estos malos desenlaces. La popular frase “de los cuernos nadie se salva” no tiene por qué ser necesariamente verdad. Prueba cambiar tu forma de pensar y tu lenguaje, esto finalmente incidirá en tu forma de establecer relaciones de pareja.

Si ya estás actuando de esta manera, revisa en profundidad tu conducta, no la perpetúes porque simplemente no lleva a nada bueno, tanto para ti como para tu pareja. Si la relación no se edifica en la sólida base de la confianza, no tiene mucho futuro y si continúa, solo pueden esperarse peleas, recriminaciones y hasta agresiones.


Si tu desconfianza es tal que te lleva a persistir, busca ayuda, esta conducta te daña personalmente.

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