miércoles, 27 de septiembre de 2017

10 hábitos que te llevarán a la felicidad

Todos nos merecemos ser felices. Más allá de nuestros pesares y nuestras ideas, más allá de que el concepto de felicidad pueda cambiar de cultura a cultura y de persona a persona, los seres humanos buscamos esa sensación de plenitud y gozo.

Por eso eso es que siempre nos preguntamos sobre ella. ¿Cómo encontrar la felicidad? ¿Qué hay que hacer para alcanzarla? ¿En dónde debemos buscar?

Estos cuestionamientos forman parte de nosotros, desde tiempos inmemoriales y la razón es simple: posiblemente no haya una respuesta, sino muchas y no serán universales. Pero si bien no hay fórmulas ni respuestas únicas, sí parece haber constantes sobre este punto. Parecen ser muy simples, pero, como en muchos órdenes de la vida, uno se da cuenta de su importancia cuando faltan.


Estos son algunos de ellos:

Estar rodeado de las personas que uno ama y que a su vez nos corresponden con el mismo sentimiento, es uno de los elementos fundamentales para ser feliz.

Es estar activo es uno de los componentes del ser feliz. La ociosidad, el no hacer nada productivo, es un imán para los malos momentos.

Enlazado con el punto anterior, es importante siempre buscar cosas nuevas que expandan la mente y el corazón. Puede ser otro aspecto de nuestra actividad normal, pero siempre el innovar hace ver la vida con otros ojos. Por supuesto que debe ser una actividad que nos guste, aunque los demás la consideren inútil o superflua, lo importante es lo que ella causa en ti. No esperes que al emprender te resulte fácil: es de esperar que no lo sea, pero en esa misma dificultad debes encontrar el encanto. Ya se trate de aprender un idioma o una actividad manual, un deporte u otra cosa que te cause curiosidad e interés, persevera en ella y recibirás a cambio una enorme satisfacción.

No te aísles, conoce gente, preocúpate por los que tienes alrededor. El ser humano es social y la mayor parte de sus logros y su bienestar viene de los demás y cuando compartes las vidas de los demás. En este sentido, la tecnología parece mostrarnos dos caras totalmente diferentes: nos permite mantener relaciones a distancia e incluso recobrar otras que habíamos perdido,  pero de alguna manera nos aleja de los que tenemos más cerca, ya sea nuestros vecinos, compañeros de trabajo o nuestra propia familia. Utiliza los medios tecnológicos, pero sin que interfieran en tus relaciones más cercanas e impida el “cara a cara”.

Acepta como una realidad los sinsabores de la vida. El miedo y la angustia, la ira y la decepción, la sensación de fracaso, la tristeza y el desamor existen y están ahí, no pretendas ignorarlos porque están allí y forman parte de nuestra existencia. De alguna manera también te permiten apreciar mejor los momentos de alegría y bienestar, cuando todo parece estar bien. La vida es una amalgama de lo positivo y lo negativo, lo malo y lo bueno y los contrastes, acepta estas dicotomías para poder ser feliz finalmente.

Recuerda que nada dura para siempre, ni lo bueno, ni lo malo. Incluso tu mismo no existirás más algún día, por lo que es importante que aprecies y disfrutes cada momento, aunque no tenga tan buen sabor o aspecto en este momento. Los momentos perdidos no se recuperan jamás, por lo que es importante que te dediques simplemente a vivirlos.

Si tienes problemas que te abruman y no puedes enfrentarlo solo, pide ayuda. Un familiar o un amigo cercano pueden ser útiles, pero si no da resultado, acude a un consejero religioso, si así lo determinas o a un experto en el área de la psicología o psiquiatría. No te ruborices por tener que hacerlo, es algo normal necesitar apoyo en ciertos momentos difíciles.

Aprende a decir “no” cuando lo que te exijan va en contra de tus posibilidades o convicciones. Hacer por obligación lo que no nos gusta es una fuente segura de insatisfacción y a la larga puede traer grandes problemas emocionales e incluso físicos. Trabajos extenuantes o actividades que hacemos solo porque todos lo hacen, pueden llevar a un profundo desánimo.

Lucha y aprecia la obtención del placer y la recompensa. Si bien debes encontrar también la felicidad en el esfuerzo implicado en conseguir algo, no es menos cierto que al llegar al logro se siente una satisfacción insuperable. Búscalo y acostúmbrate a ello y recuerda que lo que se logra con trabajo y esfuerzo se aprecia doblemente.

Reconoce tus puntos fuertes y tus puntos débiles, nadie es bueno en todo o malo en todo. A tus zonas de fortaleza cultívalas para que sean aún mejor y a tus zonas débiles, préstales atención y esfuerzo para superarte. Analízate pero no seas excesivamente riguroso contigo mismo, recuerda que nadie es perfecto y tú no eres la excepción.


La felicidad está al alcance de cada uno y no depende de la existencia o no de problemas, sino de cómo los enfrentemos.

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