miércoles, 27 de septiembre de 2017

La diferencia entre tener sexo y hacer el amor que pocos entienden

Cuando el entusiasmo no pasa más allá de la atracción física, donde el término involucra el contacto de ambos cuerpos y la búsqueda del placer, “tener sexo” alcanza para cubrir el rango de las definiciones sin acepciones literarias ni poéticas que lo acompañen. Cuando los sentimientos entran a integrarse a ese tablero donde el juego impuesto por dos cuerpos tiene un aderezo esencial que hará que el sexo sea una conexión física que implique abrir el alma en cada partida, “hacer el amor” parece ser la expresión apropiada.

Lo físico y lo emocional marcan la diferencia: Hacer el amor es para los que están acostumbrados al sexo ocasional, una expresión con la cual no se identifican. Sin embargo, para los enamorados el romanticismo forma parte de esa ecuación, pues para ellos no es algo pasajero, todo apenas está empezando y el sexo forma parte integral de ese todo. Para quienes están enamorados esa conexión especial que se logra en el sexo solo es posible cuando los sentimientos están involucrados. Estos dos términos fuertemente ligados, como definición de un mismo concepto no son lo mismo cuando no se pone en juego el corazón y todo lo que implique librar las emociones más profundas.

Hay parejas que prefieren que el sexo no cobre más importancia que lo físico, que le temen a lo que puede provocar en ellos despertar los sentimientos, pues no solo puede cambiarles la manera de sentir y de vivir su relación, sino que es probable que le tengan cierto temor a lo que puedan llegar a sentir, el miedo a despertar sus emociones.

Probablemente, aunque se trate de una pareja estable, harán el amor en algunas ocasiones y en otras tendrán sexo. Habrá momentos en los que el amor y el romanticismo sean los que provoque el encuentro sexual y en otras situaciones, acudirá a la cita, la pasión, el fuego y las emociones a flor de piel, donde la búsqueda del placer para ambos será el objetivo único, desde que los juegos de seducción comiencen hasta que todo acabe. Pero hay algo no menos cierto, cuando dos personas que ya han involucrado los sentimientos sea el momento que sea, el lugar, la ocasión y el tiempo que dure el acto sexual, siempre será el amor el que despierte sus más profundas emociones y la pasión tendrá un sentido mucho más significativo. Pues la confianza, el sentirse cómodos en pareja y seguros no siempre son factores presentes en el sexo ocasional.

Hay quienes creen que el romanticismo conjuga la preparación de un lugar especial, como una chimenea encendida en una cabaña y a la luz de las velas. Pero el romanticismo puede darse en cualquier escenario, en cualquier circunstancia en la que dos personas enamoradas deciden entregarse en cuerpo y en alma a los placeres de la intimidad cuya unión más intrínseca está sellada por el amor.

Lo cierto y lo concreto es que la búsqueda del placer así sea con una pareja estable, si estamos enamorados, como cuando solo se trata de una pareja ocasional, sexo casual, son igual de válidos, se sienten y se liberan las mismas energías, las mismas emociones.

Hacer el amor, entonces, involucra sentimientos, dos personas que se aman y se permiten darle riendas sueltas al amor, donde el sexo cobra un significado especial para ambos, pues el placer que sientan en la intimidad tendrá siempre un fondo, una profundidad en donde la pasión se disuelva en la emoción que ha superado la barrera de lo físico y se ubica en otro plano.

Quizás la diferencia entre tener sexo y hacer el amor, radique en ese sentido más profundo, pues las reacciones físicas son las mismas, las ansias, los orgasmos, la pasión, todo es exactamente igual, pero cuando el sentimiento se involucra la intensidad de lo que se puede llegar a sentir a la hora del placer, puede llegar a ser mucho más intenso.

Pueden sentirse al mismo tiempo, pero puede que no. No son lo mismo, el fin ni las circunstancias son las mismas. No es que la aclaración deba hacerse como una condición obligatoria a la hora de la intimidad, sino que simplemente es importante que sepas lo que quieres de la persona con quien estás, que no confundas las emociones, es bueno que identifiques que lo que buscas tú es lo mismo que busca tu pareja de ti. Pues las confusiones pueden resultarte dolorosas. Tener las cuentas claras a la hora del sexo permitirá que después de los recuentos y los tantos, tú como él disfruten a pleno de ese momento.


Woody Allen expresó al respecto: “La respuesta está en el amor, pero mientras esperas la respuesta, el sexo detona algunas buenas preguntas”.

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