Es
claro que las relaciones de pareja deben estar basadas en la tolerancia, la
comunicación asertiva, la admiración y el respeto. Esto no resulta sencillo ya
que dos personas con experiencias, hábitos y modos de crianza diferentes
habitando un mismo espacio, pueden convertirse en algo denso de manejar. Sin
embargo, se debe hacer un gran esfuerzo para aprender a convivir en pareja si
se desea hacer de la relación algo positivo.
Para
lograr una convivencia en pareja emocionalmente inteligente, se deben
desarrollar hábitos que alimenten y fortalezcan el amor que sienten el uno
hacia el otro. Esto, para poder lograr superar las dificultades y consolidar
así la convivencia en una relación duradera y feliz.
Además,
se deben establecer consensos en pareja antes de convivir. Para Cecilia Martín
y Marina García, expertas en terapia de pareja: “Antes de iniciar la
convivencia, hay que aclarar de forma explícita las reglas de funcionamiento.
La pareja tiene que pasar con un proceso de comunicación donde quede claro cómo
se gestionarán a nivel económico, tareas domésticas, reparto de
responsabilidades, invitados, `las manías´en casa que tiene cada uno, el tiempo
libre o espacio individual que cada uno necesitará, etc. Cuanta más
comunicación y pactos previos se realicen más fácil es prevenir conflictos
futuros”.
Muchas
parejas, en teoría toman la “decisión apresurada” de empezar a vivir con su
pareja. Esta, porque no alcanzan a concebir los cambios que han de producirse en
el momento de materializar dicha decisión. Un gran número de relaciones no
superan los primeros meses de convivencia y creen que es porque nunca
estuvieron enamorados o sencillamente porque se acabó el amor.
Se
debe aclarar que no necesariamente es por las razones anteriormente
mencionadas. En realidad se debe a la incapacidad de asumir los cambios que han
de producirse en cada una de las vidas de quienes deciden irse a vivir en
pareja. Este, es el primer paso, entender con claridad lo que significa vivir
juntos.
John
Gottman, profesor emérito de psicología en la Universidad de Washinton (EE.UU)
y uno de los mayores expertos de terapia familiar y de pareja, en uno de sus
muchos estudios observó y analizó el comportamiento de más de 3.000 parejas y
de este trabajo destacó cuatro elementos que son particularmente nocivos en una
relación de pareja: una actitud defensiva, bloquear, criticar y especialmente
despreciar al otro.
Además,
puede ocurrir que con la convivencia descubras aspectos de tu pareja que te
resultan intolerables. En la mayoría de los casos, el drama de la convivencia
es una simple falta de comprensión, de tolerancia y de respeto hacia el otro.
Pero,
¿cuáles son esos elementos fundamentales para lograr una convivencia en pareja?
En Phrónesis queremos compartir contigo algunas claves para que te sea mucho
más fácil lograrlo.
Claves
para lograr una convivencia en pareja emocionalmente inteligente:
Tratar
a nuestra pareja con el respeto y la tolerancia que nosotros esperamos recibir,
especialmente delante de otras personas.
Dejarle
su espacio y libertad de acción para su autorrealización y animarle a buscarla.
Jamás
exponer diferencias ni criticarle delante de otras personas. Elegir ser su
cómplice, no su verdugo.
Magnificar
los temas en los que se está de acuerdo y sacar provecho deliberado para
incrementar el bienestar conyugal. Disfrutar de los gustos compartidos.
Evitar
abordar puntos de conflictos que no son realmente importantes o trascendentales
para la convivencia de la pareja. Prestar atención a las diferencias, los aleja
de su fin de convivir sanamente.
Convivir
desde las similitudes, “eso que nos enamoró” más allá de la atracción física.
Alimentar la química del carácter, de la personalidad.
Recordar
que en un principio es la atracción física, después las cualidades, los valores
y virtudes. Le corresponde a cada uno elegir la virtud, de forma deliberada,
para hacer feliz al otro.
Agradecer,
apreciar los esfuerzos de mi pareja para la convivencia.
Recuerda:Tolerar
se refiere precisamente a soportar, admitir o permitir una cosa que no gusta o
no se aprueba del todo, pero que tampoco nos daña ni moral ni físicamente. Sin
tolerancia nadie podría convivir en pareja.
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