La
ansiedad es exceso de pasado, la depresión, exceso de futuro…
Enfócate: En
el mundo en el que vivimos, es casi imposible que las palabras “calma” y
“equilibrio” sea parte de nuestro diccionario, ya que estamos en constante
estrés. Creemos que no tenemos tiempo para nada, es más, presumimos que trabajamos
como locos todo el día, en lugar de preocuparnos por nuestra salud emocional y
física.
Tener
tu mente en orden puede resultar complicado con tantas cosas que tienes en la
cabeza, pero no es imposible hacerlo y además se traduce en beneficios para ti
y para quienes te acompañan en tu día a día. Para obtener paz, es necesario
lograr un equilibrio.
Una
mente organizada permite que tu trabajo, tu familia, tus amigos (incluso tu
tiempo libre) sean parte de tu estilo de vida saludable y equilibrado. No
se trata, únicamente, de organizar tu casa, tu hogar, de tener las cosas en su
lugar, de que tu casa se vea limpia y bonita. Se trata que lograr que tu mente
pueda pensar ordenadamente, tener sabiduría para decidir lo mejor para ti,
tomarte el tiempo de poner en perspectiva lo que te sucede y adquirir las
habilidades que te llevarán a elegir la mejor estrategia.
Una
mente desorganizada se caracteriza por:
un
alto nivel de estrés
querer
hacer múltiples tareas y no hacer ni una sola al cien por ciento
ser
impulsivo
tomar
malas decisiones
tener
una actitud negativa ante la vida
El
ser humano es organizado de manera natural y las conexiones neuronales de
nuestro cerebro construyen las habilidades para organizar nuestra mente.
Antes
de que centres tu atención, necesitas hacerte cargo de tus emociones negativas,
darte cuenta si estás preocupado. Identifica si estás triste, si tienes miedo,
enojo, ira reprimida, si estás irritable todo el tiempo. Estas emociones
negativas pueden afectar la corteza prefrontal de tu cerebro, la que realiza
todas las funciones ejecutivas. Esta zona es la que toma las decisiones, por lo
tanto, te sientes abrumado con cada pensamiento que cruza por tu mente, y se ve
afectada tu capacidad de concentrarte.
Las
cosas que sabemos que mejoran nuestra salud física, también mejoran nuestra
salud emocional y mental:
alimentarse
sanamente
hacer
ejercicio
dormir
bien
meditar
aprender
a respirar
Es
importante, entre todas las cosas que tenemos que hacer cada día, aprender a
distinguir entre lo urgente y lo importante. Algo importante lo es por la
conveniencia y alcance de sus efectos; lo urgente se reconoce por su necesidad,
por las consecuencias que no hacerlo puede causar.
Trata
de identificar una sola tarea, de entre todas las que tienes que hacer.
Contrario a lo que se piensa, el cerebro humano no está diseñado para enfocarse
en más de una cosa a la vez. Apaga tu teléfono al menos durante veinte minutos
y concéntrate en la intención o meta que quieres lograr. Verás
que tu mente empieza a organizarse y a poder lograr la calma que necesitas para
comenzar a trabajar.
Es
muy importante que aprendas a detener tu mente. Como los frenos de un
automóvil, el cerebro necesita tener la seguridad de parar ante una señal de
alerta. Todas las regiones del cerebro se alinean para examinar el entorno,
incluso cuando estés concentrado. Tanto si estás en la escuela, en la oficina,
como si estás en el gimnasio, en el restaurante, las distracciones de la vida
son inevitables, y es necesario que te detengas, respires profundamente y
consideres si esa distracción es lo suficientemente urgente para superar a lo
que te encuentras haciendo actualmente. Si la respuesta es negativa, regresa tu
atención a lo que estás haciendo, para que tu cerebro vuelva a recargarse,
hasta que empieces una nueva actividad.
El
cerebro humano almacena pedazos de información en la llamada memoria de
trabajo. Al tener acceso a esa memoria, también conocida como de corto plazo,
hay elementos que ya existen que te ayudan a resolver problemas, a generar
ideas nuevas, a comprender y elaborar patrones nuevos que te permiten elaborar
estrategias de comportamiento y de actividades a realizar.
Una
vez que hayas terminado con la actividad que decidiste realizar en primer
lugar, mueve tu concentración hacia una tarea nueva: toda tu concentración. Si
te descubres,pensando en lo que estabas realizando minutos antes, quiere decir
que esa actividad quedó inconclusa y es necesario que la termines, hasta que
estés satisfecho con el resultado.
Cuando
mueves tu atención hacia una nueva actividad, cambias el enfoque de tu mente
hacia una tarea fresca, lo cual, con el paso del tiempo, te permite ser más
productivo.
Esta
capacidad de cambiar de enfoque también se conoce como flexibilidad. Cuando el
cerebro descansa surgen nuevas ideas, estás más despierto y eres más creativo
que cuando lo llenas de actividades sin descanso.
Tal
vez has escuchado el término homeostasis referido biológicamente al equilibrio
entre lo exterior y el interior de un ser vivo: mantener una temperatura
adecuada, tener un equilibrio entre acidez y alcalinidad, niveles de glucosa
saludables, etc. sin embargo existe también la llamada homeostasis psicológica,
que se refiere a la búsqueda constante del equilibrio entre las necesidades y
la satisfacción de estas.
Lograr
dicho equilibrio no sólo es posible, sino que es necesario para poder vivir una
vida en armonía, para tener tiempo y hacer cosas saludables para nuestra mente
y cuerpo, para encontrar emociones positivas dentro de nosotros, para poder ser
productivos en nuestro trabajo, para llevarnos bien con la gente que queremos,
para poder librar las batallas que la vida nos presente.
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