“Antes de dormir nos damos un beso y nos cogemos de la mano”. Es lo que contestaba hace unos meses una pareja polaca que celebraban su 82 aniversario. Hay matrimonios que celebran sus bodas de oro, otros que permanecen unidos hasta que la muerte los separa. Los hechos parecen demostrar que sí es posible un amor para siempre.
Cuando surge este tema de conversación la mayoría de las personas manifiestan su anhelo de tener un amor para siempre. Se trata de algo que parece inscrito en el alma humana: el anhelo del para siempre (qué bien lo dijo Teresa de Ahumada). Que bien lo escriben y lo cantan los poetas y artistas.
Existe el anhelo de un amor para siempre, hay personas que lo viven, hay otras que no. No pretendo hacer un estudio sobre el porqué, tan solo compartir algunas ideas que creo que pueden ayudar a conseguirlo.
Para poder tener un amor para siempre, lo primero es saber amar. No es algo trivial. Hay muchas personas que no saben amar, no es una cuestión de buscar culpables. No saben amar quienes piensan que el amor es algo que nos viene dado, que nos lleva; no saben amar quienes no saben renunciar a sí mismos o afrontar las dificultades. El amor se aprende desde pequeños. Es posible aprender de mayores? definitivamente sí, pero más costoso.
Un amor para siempre exige saber elegir a la persona adecuada. Volvemos al primer punto, la persona adecuada no tiene porque ser aquella que nos vuelve locos, tampoco aquella que solo nos atrae por sus ideas o porque es maja. Hay que saber conjugar ambas facetas. Cuando antes del matrimonio ya se intuye que la cosa no va a funcionar, por tener maneras de ser incompatibles, por carácter, por lo que se ve en la familia de la pareja, tantas cosas que pueden poner sobre alerta y que muchas veces se intentan resolver con aquello de “yo le cambiaré”
Una vez celebrado el matrimonio hay que seguir trabajando el amor para siempre. Es fundamental enamorarse una y otra vez, alimentar el sentimiento con pequeños detalles, frenar los pensamientos que nos alejan de nuestra pareja, cultivar el sentido del humor, tener siempre esperanza y empeño de mejora personal. Poner sentimiento, voluntad e inteligencia, los componentes del amor humano.
Saber amar, querer amar, elegir con corazón e inteligencia, cuidar el amor cada día con detalles concretos. Tres ideas que se me ocurren para poder disfrutar de un amor para siempre.
¡Ah! y cada noche un beso y un te quiero ….. Así hasta los 82 años de matrimonio.
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