El
amor por las letras se descubre entrada la adolescencia, cuando nos damos
cuenta de la fuerza de las palabras y de la hermosura de la poesía. Cuando
entendemos que leer no es aburrido, sino más bien apasionante. En ese momento
comenzamos por descubrir poemas cortos o novelas sencillas, luego la pasión
aumenta y exploramos más y más…
Como
latina, rioplatense y amante de las letras, en mi adolescencia conocí a uno de
los poetas más grandes del habla hispana: Mario Benedetti, un artista uruguayo
que fue periodista, poeta, dramaturgo y novelista.
Dedicó
su vida a las letras, al amor por el arte, pero sobre todo a la libertad. Fue
un enorme crítico de la opresión y un embanderado por el amor. Sus poemas son
el fiel reflejo de su lucha por la libertad y la democracia.
Estos
son algunos poemas de su autoría que te harán reflexionar sobre todos los
aspectos de tu vida…
1.
«No te rindas»
«No
te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar
tu sombra, liberar el peso y retomar el vuelo.
No
te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir los sueños, abrir
las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No
te rindas, por favor, no cedas.
Aunque
el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el
viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
Porque
la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te
aprecio, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no
cure el tiempo.
Abrir
las puertas, quitar los cerrojos, bajar el puente y cruzar el foso, abandonar
las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto.
Recuperar
la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las
alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos».
2.
«Lovers go home»
«Ahora
que empecé el día
volviendo
a tu mirada,
y me
encontraste bien
y te
encontré más linda.
Ahora
que por fin
está
bastante claro
dónde
estás y dónde estoy.
Sé
por primera vez
que
tendré fuerzas
para
construir contigo
una
amistad tan piola,
que
del vecino
territorio
del amor,
ese
desesperado,
empezarán
a mirarnos
con
envidia,
y
acabarán organizando
excursiones
para
venir a preguntarnos
cómo
hicimos».
3.
«Piedritas en la ventana»
«De
vez en cuando la alegría
tira
piedritas contra mi ventana
quiere
avisarme que está ahí esperando
pero
me siento calmo
casi
diría ecuánime
voy
a guardar la angustia en un escondite
y
luego a tenderme cara al techo
que
es una posición gallarda y cómoda
para
filtrar noticias y creerlas
quién
sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni
cuándo mi historia va a ser computada
quién
sabe qué consejos voy a inventar aún
y
qué atajo hallaré para no seguirlos
está
bien no jugaré al desahucio
no
tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho
queda por decir y callar
y
también quedan uvas para llenar la boca
está
bien me doy por persuadido
que
la alegría no tire más piedritas
abriré
la ventana»
4.
«Viceversa»
«Tengo
miedo de verte, necesidad de verte, esperanza de verte, desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte, preocupación de hallarte, certidumbre de hallarte,
pobres dudas de hallarte.
Tengo
urgencia de oírte, alegría de oírte, buena suerte de oírte y temores de oírte.
O
sea resumiendo, estoy jodido y radiante, quizá más lo primero que lo segundo y
también viceversa.».
5.
Táctica y estrategia
«Mi
táctica es mirarte, aprender como sos quererte como sos.
Mi
táctica es hablarte y escucharte, construir con palabras un puente
indestructible.
Mi
táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé cómo ni sé con qué pretexto, pero
quedarme en vos.
Mi
táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros,
para que entre los dos no haya telón ni abismos.
Mi
estrategia es en cambio más profunda y más simple.
Mi
estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con qué pretexto, por fin
me necesites».
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