Que
haya discusiones en pareja es perfectamente normal ¿Quién no las tiene? Si no
existen es porque la relación, probablemente, es muy distante y fría; tanto,
que ni siquiera hay lugar a las recriminaciones. Donde hay amor, también hay un
poco de odio y esto no tiene por qué preocupar a nadie.
Dicho
esto, también se debe anotar que una cosa es enojarse y patalear un rato, y
otra muy distinta lanzar expresiones con alto contenido agresivo, que pueden
herir seriamente a tu pareja.
Enseguida
te contamos cuáles son esas expresiones que debes evitar a toda costa, si
quieres mantener una relación sana:
1.
¡Cállate!.Los
silencios impuestos son altamente agresivos. Impedir que otra persona diga lo
que piensa o siente equivale a anularla por completo. No hay ningún motivo
válido para que le exijas a tu pareja que deje de hablar, esté diciendo alguna
sandez o algo que te ofusca.
Si
no te sientes capaz de escuchar a esa persona, simplemente pídele que suspendan
la conversación y la retomen luego de que ambos estén más calmados.Es
muy probable que tu exigencia de que se calle no tenga ningún éxito y, en
cambio, pondrá fin a la comunicación entre los dos.
2.
Adjetivos ofensivos:Bien
dicen que “la lengua es el único músculo que quiebra huesos”. El amor propio de
una persona queda muy lesionado cuando se refieren a ella como “perro”,
“zorra”, “tarado”, “babosa”, o términos similares.
Los
adjetivos ofensivos no tienen otro propósito que el de humillar al otro. Buscan
disminuirlo, rebajarlo y, a veces, hasta despojarlo de su condición de persona.
Por eso se llega incluso a utilizar el nombre de un animal para ofender al
otro.
Ese
tipo de adjetivos son un golpe bajo dentro de una discusión. Causan ira y dolor
en quien los recibe y, seguramente, culpa en quien los genera.
3.
Las amenazas:Uno
de los caminos más rápidos para perder el respeto entre dos personas es el de
terminar la relación cada vez que surge un problema, para luego arrepentirte
después de la reconciliación.
“¡Esto
se acabo!” es una de las frases que pueden aparecer cuando una pareja discute.
Si no estás dispuesto a terminar de veras, mejor no digas nada. Si lo haces, es
porque en realidad no quieres resolver un problema, sino manipular a tu pareja
con la amenaza del abandono.
De
esas amenazas solo queda un resentimiento en el otro y una falta de
credibilidad en ti. Con esto, la comunicación queda viciada y marcada por la
idea de que las palabras no tienen valor. Que se dicen por decirlas y que nada
se debe tomar en serio.
4.
Los insultos contra la familia:Hablar
mal de la familia del otro es también uno de esos golpes bajos que dan lugar a
fuertes resentimientos. Frases como “¡cada vez te pareces más a tu mamá”,
“ojalá no termines siendo un fracasado como tu hermano”, son inaceptables.
Estas
frases son evidencia de que hay un fuerte deseo de agredir, no de defender una
opinión o una forma de actuar. Su intención es lastimar y, por eso mismo, solo
terminan incrementando el problema, cualquiera que este sea.
5.
¡No te soporto!:Declarar
que tu pareja te resulta insoportable, equivale a afirmar que su forma de
sentir, de pensar o de actuar no tiene lugar en tu mundo emocional. Se trata de
una forma de rechazo con alto componente afectivo.
Expresiones
como esta generan un fuerte bloqueo en la comunicación de la pareja. Implican
una gran dificultad para alcanzar la aceptación mutua y una negación a
comprender.
Es
normal que en una pareja haya dificultades y que a veces estas suban de tono.
Pero para mantener tu buena salud mental y construir una relación de pareja
valiosa, debes evitar que la ira te lleve a emitir mensajes que, con toda
seguridad, tendrán graves consecuencias en el futuro.
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