martes, 24 de octubre de 2017

La evolución hizo a los inteligentes solitarios

La psicología tiene relativamente bien definidas las cosas que hacen a un humano feliz. Bailar nos encanta. Estar en la naturaleza nos trae felicidad. Y para la mayoría de las personas, el contacto frecuente con buenos amigos nos permite sentirnos contentos.

Lo último, claro, a menos de que seas mucho muy inteligente.
En una publicación científica de el Periódico británico de Psicología, los investigadores Norman Li y Satoshi Kanazawa, reportan que las personas altamente inteligentes experimentan menor satisfacción cuando socializan con amistades con frecuencia. Estos son los Sherlocks y los Nuevos Scamanders del mundo; Aquellos pocos que serían más felices si los dejaran solos.


Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron las respuestas a un cuestionario de 15,197 personas entre 18 y 28 años de edad. Su información fue parte del “Estudio nacional, longitudinal de la salud de los adolescentes”; Una evaluación que mide la satisfacción, inteligencia y salud de los mismos.

El análisis de estos datos, reveló que estar con multitudes normalmente nos hace menos felices, mientras que socializar con amigos, normalmente nos lleva a la felicidad, claro está, amenos de que la persona en cuestión sea altamente inteligente.

Los autores explican estas conclusiones con la “teoría de la felicidad de la Sabana”, haciendo hincapié en lo diferente que nuestro mundo es de el de nuestros ancestros durante el Pleistoceno.

La teoría de la felicidad de la sabana, plantea la idea de que la satisfacción de la vida no solamente está determinada por lo que está sucediendo en el presente, sino que también es influenciada por las formas en que nuestros ancestros decidieron reaccionar ante un evento.

La psicología de la evolución argumenta que; justo como cualquier otro órgano, el cerebro humano ha sido diseñado para adaptarse a las condiciones de un ambiente ancestral. Por lo tanto, los investigadores argumentan, que nuestros cerebros pueden tener problemas comprendiendo y enfrentando situaciones que son únicas del presente.

Los dos factores que son más diferentes entre la vida ancestral y la moderna, son la densidad de población y cuán frecuentemente los humanos socializamos con amigos. Hoy en dia, la mayoria de nosotros estamos entre personas ajenas  y pasamos menos tiempo con nuestras amistades de lo que nuestros ancestros lo hacían.


No así, los excepcionalmente inteligentes entre nosotros; El autor argumenta que las personas menos inteligentes son más afectadas por la teoría de la sabana que aquellos que son más inteligentes.

“En general, las personas mas inteligentes, tienen más probabilidad de tener preferencias y valores “no naturales”; es decir, que no son compartidos con nuestros ancestros”, Kanazawa lo dice al revés; “Es extremadamente natural para la especie humana el buscar y desear amistades, las personas más inteligentes, tienden a ser la excepción”

El estudio también reveló que las personas más inteligentes tienden a sentir que se benefician menos de las amistades, pero que en realidad socializan más que las personas menos inteligentes.


La inteligencia se cree evolucionó como un mecanismo psicológico para resolver problemas nuevos. El tipo de retos que no son una parte regular de la vida. Para nuestros ancestros, el contacto frecuente con amigos y aliados, era una necesidad que de ser satisfecha les permitía sobrevivir.

Sin embargo, los individuos altamente inteligentes eran más capaces de resolver sus problemas sin la ayuda de otra persona, que en consecuencia, los llevó a reducir la importancia de sus amistades.

Las personas altamente inteligentes no necesariamente prefieren lo que sus ancestros querían, se encuentran más cómodos en ambientes urbanos. Históricamente, las personas tendían a vivir cómodamente en grupos de alrededor de 150 personas: El tamaño típico de una villa en el Neolítico era de 150, las unidades militares Romanas eran normalmente de 120 hombres, y el tamaño promedio de una compañía de soldados en la segunda guerra mundial era de 180.


Los centros urbanos más densos, en contraste, son causantes de aislamiento y depresión, debido a que no fomentan relaciones cercanas, sino un ajetreado y alienante ritmo. Este fenómeno tiene un menor impacto negativo en las personas mas inteligentes.

“En general, las personas de las grandes urbes, tienen una inteligencia promedio mayor que las personas de entornos rurales, posiblemente debido a que las personas mas inteligentes, son más capaces de vivir en entornos “no-naturales” con alta densidad de población” dice Kanazawa.

Eso no significa que si disfrutas estar con tus amigos no seas inteligente, lo que sí significa es que esa persona verdaderamente inteligente que sabes que pasa la mayoría de su tiempo solo, no necesariamente es un triste solitario, sino que probablemente le gusta  esa soledad.

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