La
ansiedad se manifiesta como un sentimiento de miedo o aprensión exagerado. En
muchas ocasiones esto conduce a pensar lo mismo una y otra vez sin poderse
detener. En otras ocasiones puede desatar crisis de pánico o llevar a la
persona a encerrarse en un lugar dónde se sienta seguro.
Esto
es puesto que la ansiedad altera la forma en la que vez o percibes tu mundo. Es
decir, sólo se le presta atención a aquello que explica, o podría explicar, esa
sensación de sentirse amenazado.
Alguien
que esté muy ansioso con los demás, usualmente se fijará sólo en ciertos
aspectos: cualquier gesto de rechazo, aunque sea mínimo, o el silencio de
alguien puede ser malinterpretado. Y tampoco se fijará en los gestos positivos
(salvo que sean demasiado visibles).
El
psicólogo Michael Eysenck ha hecho una propuesta conceptual que se llama la
“Teoría de los cuatro factores”. En ella define las principales vías que toma
el pensamiento de alguien ansioso en función de su propia percepción. Cada una
de esas vías implica un sesgo cognitivo. Los cuatro factores son:
Percepción
sesgada de un estímulo específico. Se da cuando la ansiedad se dirige
específicamente a un objeto o a un aspecto muy preciso de la realidad. Conduce
a las llamadas “fobias”. Si la ansiedad recae sobre el propio comportamiento,
se denomina “fobia social”.
Percepción
sesgada del propio cuerpo y de sus reacciones fisiológicas. Aparece cuando el
propio organismo es el campo de batalla. Sus funciones y respuestas son
asumidas como una señal de peligro. Conduce al “trastorno de angustia”.
Percepción
sesgada del pensamiento propio y de las ideas personales. En este caso lo que
se percibe como riesgos o o amenazante es lo que ocurre dentro de la mente de
uno. Da origen al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
Percepción
sesgada global. Corresponde a los casos en los que la ansiedad se dirige a
todos los factores anotados: elementos específicos, la propia conducta, el
cuerpo y la mente. Cuando esto ocurre, se habla de Trastorno de Ansiedad
Generalizado (TAG).
Cada
una de estas manifestaciones de la ansiedad lleva a ver la realidad de una
forma totalmente parcializada. En ellas hay una fuerte resistencia, o una
imposibilidad, para introducir información que ponga en tela de juicio la validez de lo que se percibe.
Es por
eso que si uno tiene estos síntomas, lo mejor será ir con un profesional que
pueda asistirlo con una terapia especializada.
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