lunes, 9 de octubre de 2017

La triste agonía de ser la otra

Madrugadas de una hora para hacerme sentir querida por alguien a quien las próximas 23 horas del día ni le paso por la cabeza.

Demasiada confusión, tengo sueño y apenas puedo escribir. No creo que sea sueño, es más un agotamiento. No sé si es por lo que acaba de pasar o porque sé lo que sigue, siguen las noches de llorar horas y horas pensando en lo mal que está esto, lo mala que soy por permitir esto. Esto que acaba conmigo y con mi dignidad y todo lo que me conforma.


Ni siquiera se cómo llegué hasta este punto, todo comenzó como comienzan las cosas que marcan la vida. Sin ponerle importancia me fui dejando llevar hasta que llegué a un punto donde ya no podía dar vuelta atrás. Ni siquiera entendía dónde estaba parada. Aunque mi postura fue siempre firme de saber exactamente dónde estaba parada en el momento exacto. ¡Qué estupidez! Ni siquiera estoy segura de que alguien pudiera creerme eso.

Pienso que todos sólo me dicen que sí para hacerme sentir un poco bien conmigo misma. ¡Soy una maldita! ¡No merezco esto! No lo merezco porque es tan bueno y yo soy un asco. Y no lo merezco porque soy demasiado buena para migajas de amor. 

Ni siquiera amor así, esto es mas una especie de “tú me quitas las ganas cuando no hay más” para él. Pero para mí esto es más, esto lo es todo. Todo el amor que yo conozco se resume a esto. Madrugadas de una hora para hacerme sentir querida por alguien a quien las próximas 23 horas del día ni le paso por la cabeza. Y así los próximos días y semanas y meses, así hasta que vuelve a llegar el grandioso día que vuelva a sentir el soledad y yo esté cerca.



Me siento en un dilema: Sentirme mal o sentirme la mujer más feliz del mundo. Lo amo maldita sea. Lo amo más que a cualquier cosa. No imagino cómo seria mi vida sin las migas de su amor. 

Quizá mejor, quizá peor. Lo cierto es que en este momento es mejor. Lo disfrutaré mientras dure. Pero no lo recomiendo. Si están en una situación igual o parecida ¡CORRAN! Huyan de la agonía de vivir a las sombras de otra. Y si estás del otro lado, si acaso en tu remoto corazón sientes algo por esa persona, mejor déjala, sabrás que merece algo mejor. Ya no la agobies con tus debilidades.

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