Si
pasaras la mitad del tiempo que gastas aferrándote a eso en dejarlo ir, tu vida
sería completamente diferente.
La
mayoría de las personas nos hemos aferrado a algo o a alguien, porque
simplemente nos da miedo el dolor que significa dejar ir, la ausencia que
tendremos que enfrentar al soltar. Y es que simplemente no nos damos cuenta de
que es mucho más el dolor que nos causa aferrarnos, porque eso ya no pertenece
a tu vida.
1.
Te niegas a ver la realidad:Te
ciegas ante lo que está pasando, estás en un punto de negación, donde cualquier
comentario de “déjalo ir, no te conviene” o “para qué sigues ahí” no te
importa, aunque sepas que es la verdad, no importa de quien venga el
comentario, porque estás más ocupado en querer permanecer agarrado a eso que ya
te ha soltado.
2.
Te deprime:En
el caso de que estés aferrado de tu antigua pareja, o a cualquier otra persona,
esto te causa tristeza, porque sigues con la falsa ilusión de que algún día esa
persona regresará, cuando lo más probable es que no sea así, porque de lo
contrario seguiría en tu vida.
3.
Te enojas:A
veces con todos, en ocasiones sólo contigo. Y es que el hecho de querer a la
fuerza que eso permanezca en tu vida, te causa frustración y sólo va llevándote
al enojo constante contigo por seguir ahí.
4.
Piensas que seguir será más difícil:Lo
es, siempre lo es, más cuando se involucran sentimientos, pero todo aquello que
es difícil de hacer es lo que más vale la pena.
5.
Te encierras en tu mundo:Simplemente
pones barreras a todo aquello que no quieres escuchar, y te encierras en ti, ya
que todo lo que no sea grato de oír (por más cierto que sea) lo mandas directo
a la basura, pues lo único correcto es lo que tú piensas y sientes, porque
crees que nadie te entiende (claramente no es así).
6.
No importan los consejos:Puede
darte consejos hasta el rey, pero no los escucharás, porque no importa quién se
enoje, te encargas de fingir que todo está bien y que esos consejos sobran,
total un consejo se toma o se deja.
7.
Sólo te haces daño:Y lo
peor de todo es que te la mantienes sufriendo por algo que no tiene una
solución ya, y sólo te haces constante daño, con tus ilusiones, con las ideas
que te haces al aferrarte. ¿No has escuchado eso de sí amas algo déjalo ir?
Pues si dices querer o amar ese algo, déjalo libre, suéltalo y sé feliz porque
duró lo que tuvo que durar y estuvo en tu vida mientras tenía que estar. No
digo que no dolerá, claro que va a doler, porque las despedidas así son
dolorosas, pero eso sólo te prepara para una nueva llegada. No multipliques más
el dolor, ya no te hagas más daño.
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