Son
muchos los motivos que pueden desencadenar este comportamiento y muchas las
ventajas que se pierden al no solicitar, ni saber recibir ayuda. ¿A qué nos
referimos con “pedir ayuda”? Es solicitar apoyo, consejo o guía para realizar
una actividad o resolver un problema que tengamos y que nos desafía, nos asusta
o nos rebasa. Para muchas personas es muy complicado recibir o pedir ayuda,
porque confunden debilidad y fortaleza y se sienten protegidos tras grandes
murallas de soledad interior donde viven en su zona de confort, con grandes y
viejos problemas sin resolver
¿Te
ha pasado, o conoces a alguien así?
¿Te
cuesta recibir ayuda? ¿Te cuesta aceptar la ayuda que los demás te ofrecen?
Quizás eres de las que siempre dices: “No, no hace falta”, “Estoy bien, gracias
“y en lo secreto opinas que los que aceptan esa clase de ayuda son descarados y
aprovechados, o muestran signos de ser débiles, Lo cierto es que, por ridículo
que suene en un momento u otro, todo el mundo tiene dificultad para recibir
ayuda, seguramente conoces a alguien que prefiere emplear una inmensa cantidad
de recursos para resolver un problema que con ayuda no supondría nada. O que
prefiere desistir o fracasar antes que permitir que otra persona le eche una
mano.
A
continuación, veremos algunas de estas razones, con muchas de las cuales puede
que te sientas identificado.
El
primer motivo probablemente es el orgullo, queremos para nosotros en exclusiva
el mérito de resolver un problema y no estamos dispuestos a compartirlo con
nadie.
¡Porque
sabes que puedes por ti mismo!:El
segundo de los motivos que puede inhibir la petición de ayuda tiene que ver con
que la persona no quiere confesar la existencia del problema, en este sentido
imaginémonos, por ejemplo a la persona que ha contraído deudas de juego o ha generado
una adicción al alcohol. Ninguna de las dos cosas es fácil de compartir.
Porque
aceptar ayuda, al admitir situaciones vergonzosas te hace sentirte fracasado.
El
tercer motivo puede por Experiencias previas negativas, en donde se confío o
pidió ayuda y no se recibió. Entonces se generaliza esta experiencia y ya no se
confía.
En
este caso se concluye que es menos doloroso tratar de resolverlo todo por uno
mismo que buscar ayuda y no encontrarla.
El
cuarto de los motivos tiene que ver con el hecho de que siempre existe la
posibilidad de que se nos niegue esta ayuda. Detrás de este temor, se encuentra
el miedo a ser rechazado, a experimentar la sensación de que no somos lo
suficientemente buenos para que alguien nos dedique su tiempo.
Al
final, detrás de varios de estos motivos se encuentra otro más trascendental:
el miedo a ser juzgados por los demás. No nos gusta que en un momento en el que
podemos mostrar debilidad justamente se fije en nosotros el foco atencional de
los demás.
¿Hay
quienes nunca piden ayuda?:Más
bien hay quien cree que nunca tiene que pedirla o que, cuando la recibe o la
solicita, lo hace de manera encubierta. No sólo para engañar a otros, sino
hasta para engañar a esa voz interior que le prohíbe verse débil.
¿Cuál
es el problema de no pedir ayuda?:Dejar
que el problema se haga más grande o más complejo.
Aislarse
cada vez más de aquellos a quienes le importamos al no permitirles ayudarnos o
despreciar sus consejos de buscar ayuda. Quien te ve sufrir y en problemas,
pero que también presencia como te hundes sin pedir ayuda, acabará por alejarse
de ti, pues atestiguar cómo te arruinas la vida les duele. Perder
valioso tiempo de tu vida sin solucionar algo que consciente o
inconscientemente te puede estar bloqueando en la vida.
Es
bueno aceptar ayuda de vez en cuando: Sea cual sea la razón, si eres una
persona que sistemáticamente rechaza la ayuda que se te ofrece, te estás
perdiendo una de las prácticas más básicas de la sociedad humana. Ayudar y ser
ayudado forma parte de compartir la vida con los demás. Recibir ayuda (y en su
momento, ayudar) es fundamental para crecer y fortalecer las relaciones con los
demás. La ayuda puede provenir de tu familia, tus amigos, compañeros del
trabajo, de tu iglesia, etc… ¡Serán personas que se preocupan por ti y te
desean lo mejor!
Confronta
esas ideas equivocadas que te impiden recibir ayuda. ¡Déjate querer y déjate
cuidar! poco a poco te iras sintiendo más cómodo recibiendo ayuda. ¡Así es como
deben funcionar las relaciones humanas!
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