¿Estás
embarazada? Felicidades! Confirmada la noticia comienzan a asaltarte las dudas
y abrirás cajones de tu rutina diaria buscando que cosas puedes seguir
haciendo. La continuidad de la vida sexual… primera en la lista. Debes saber
que el sexo es una fuente de placer, de bienestar y por eso es importante su
práctica y disfrute durante el embarazo. Habrá que tomar recaudos, pero también
desmitificar presupuestos.
Beneficios
que debes tener en cuenta:Al
recibir la feliz noticia, sabes que en pocos meses tendrás que asumir el rol de
madre, es bueno que en este nuevo escenario no hagas a un lado tu rol de mujer.
Uno no reemplazará al otro, al contrario, complementarlos es el desafío. Seguir
haciendo el amor con tu pareja será tu confirmación en el rol de amante. Te
hará sentir que sigues manteniendo un cuerpo atrayente y erótico, aunque estés
embarazada.
A
partir del segundo trimestre, cuando ya los problemas hormonales vayan tomando
distancia y se alejen las náuseas y vómitos, te encontrarás aún más
predispuesta para las relaciones, pues notarás un aumento en la vascularización
(cierta disposición de los vasos sanguíneos) en las zonas íntimas, que te
permitirá sentir mayor placer.
Cuando
el cuerpo cambia:A
partir de la semana 16 hasta aproximadamente la 30, en que comenzaste a
encontrarte bien, ya que tu cuerpo ha aceptado y asumido los cambios con
normalidad, estás en posición de sentirte más femenina.
¿Qué
queremos decir con esto? Tus senos crecen, las formas se redondean más. Tus
caderas se han ensanchado para dar paso al crecimiento de la cavidad uterina,
ello permite que tus glúteos luzcan más y, por eso, adquieran un suplemento de
atractivo. Todo esto va sumando condiciones propicias en los espacios del
placer. Pero en el momento en que el bebé comienza a hacerse notar con algún
movimiento, surgen los interrogantes acerca de si en qué medida la práctica de
las relaciones afectará al bebé.
Ante
el estrés del embarazo: un saludable alivio.
La
paradoja de todo embarazo suele radicar en el hecho de sentir la tranquilidad
de no correr el riesgo de concebir. Las mujeres tienden a relajarse mucho más y
disfrutar de la pareja.
Otro
punto que resulta positivo es reconocer al sexo como un ejercicio beneficioso
para la circulación sanguínea, calmar las tensiones del día a día y capaz
también de liberar sustancias químicas, que permiten acabar con las
preocupaciones diarias que conlleva el estrés, como las conocidas “moléculas de
la alegría” o endorfinas.
No
obstante, es importante tener en cuenta que la penetración profunda y cualquier
movimiento brusco no son recomendables. Ya con la excitación que se produce en
el tercio externo de la vagina, es suficiente para alcanzar placer.
¿Cómo actuar ante las contraindicaciones?:Aun
cuando la embarazada está en este proceso de grandes cambios, el acto sexual
está contraindicado solamente si se presentan molestias o sangrados y si el
ginecólogo confirma que se trata de un embarazo de alto riesgo. En caso
contrario no estará contraindicado.
Enmarcados
en la posibilidad de que ocurrieran inconvenientes, no debemos olvidar que la
sexualidad es mucho más amplia, y es en este periodo en el que la masturbación
y las caricias hacen parte fundamental del placer en la relación de pareja.
Las
relaciones durante los nueve meses no serán iguales que antes. Pueden
producirse dolores de útero y en la zona íntima, por lo que es importante la
comunicación en la pareja. Así, ambos se pondrán de acuerdo con la intensidad y
el ritmo en la intimidad.
Las
posiciones recomendables_Siempre,
en primer lugar, debes tener en cuenta que para el encuentro íntimo es
conveniente ante todo la facilidad de movimiento. Se recomienda el uso de
almohadas. De esta forma evitarás sentir molestias ubicando mejor tu cuerpo.
Con
las piernas reclinadas, de espaldas a tu pareja, tu vientre quedará libre y con
mayor libertad de movimiento pudiendo quedarte sentada en su regazo. Si él queda recostado a tu lado mientras tú
te colocarás en posición perpendicular a él. Te permitirá apoyar la espalda y
la cabeza.
Si
tu pareja queda acostada y tú de espaldas sobre él, te permitirá tomarte de sus
piernas y él podrá hacer lo mismo de tus caderas.
Puedes
acostarte boca arriba con las piernas colocadas sobre sus hombros.
La
seguridad del bebé no debe preocuparte:El
hecho de intimar con tu pareja no perjudica a tu bebé durante el embarazo. El
líquido amniótico y los músculos del útero en que se encuentra el bebé
contribuyen enormemente con su protección. En lo que respecta a las
infecciones, el tapón mucoso cumple una importante función de protección.
Aunque
el orgasmo en las mujeres se produce en el útero y durante un breve tiempo la
placenta proporciona menos sangre al bebé, se constituye en un entrenamiento
para su circulación sanguínea. Jamás creas que esto puede provocarle daño.
El
tapón mucoso cierra la entrada al cuello del útero impidiendo que el semen
pueda acceder hasta el pequeño que tampoco sufrirá golpes, pues inmerso en el
líquido amniótico está seguro.
Hay
un tercero en la cama:Ha
llegado el momento de desmitificar algunas cuestiones intrínsecas en los miedos
y suposiciones del futuro papá. Ellos sienten ahora que hay un tercero en la
cama. A veces hasta creen que tú sólo te preocuparás del pequeño y que él
quedará relegado a un segundo plano. Por otro lado, existe en él ese mismo
temor que en ti, de hacer alguna cosa que pueda dañar al bebé.
Debes
demostrarle que él es parte de ese proceso. Intégralo a todas las emociones que
sientas, tus cambios, sus movimientos; las actividades y rutinas que generes
que sean siempre en pareja, acostúmbralo al bebé tal como tú te acostumbraste a
llevarlo contigo. Aquí la comunicación en la pareja juega un papel
importantísimo.
Ante
situaciones de riesgo:Hay
situaciones extremas en las que el sexo ya no resulta conveniente. Te
mencionamos algunas a tener en cuenta y sigue siempre las recomendaciones de tu
médico tratante.
Cuando
existe alguna amenaza de pérdida o de parto prematuro.
Si
el orificio uterino se abre antes del tiempo previsto puede que durante las
relaciones íntimas se produzcan infecciones que dañen la bolsa del bebé.
En
caso de enfermedades como los problemas cardíacos, el asma, la diabetes.
En
caso de infecciones en las zonas íntimas.
En
caso de pérdidas de sangre.
Si
sientes que tienes contracciones antes del tiempo normal.
Si
han detectado algún problema en la placenta.
Si
se produce una rotura prematura de la bolsa amniótica.
En
caso de riesgo de parto prematuro en los embarazos múltiples.
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