Mi
paciencia no es eterna, pero mis ganas de vivir sí
No
sé qué le hice para que se fuera. No comprendo la razón de su ira, lo único que
hice día a día fue tratar de darle lo mejor de mí.
Debería
ser yo la que tiene rabia, porque nunca recibí una respuesta clara de su parte,
porque parece que sólo le serví para divertirse un rato. Y es que algún día me
dijo que yo era muy valiosa para él, que me consideraba una persona fuerte y
madura y eso le gustaba, pero no sé dónde quedó eso. Al parecer el orgullo se
tragó esas palabras.
Tenía
tantos sueños y metas que quería que lográramos, y ahora siento que me he
quedado sin una parte de mi ser, me siento incompleta. Estaba muy lejos de ser
el amor de mi vida, lo sé, aún estoy muy joven y me faltan muchas cosas por
vivir; así que aquí no se acaba mi mundo, no por una persona como él que no
sabía lo que quería, no me voy a derrumbar.
Por
mi parte no hay ningún rencor, entiendo que tal vez no era el momento indicado
para estar juntos, pero de todos modos le doy gracias por enseñarme lo que es
el amor, lo que es la desesperación de no poder tener algo que tanto deseas,
por enseñarme que el amor empieza por una misma.
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