Hoy te llame y no
contestaste, dejaste mis mensajes en visto, y más tarde te molestaste porque
“te estaba interrumpiendo”, mientras tanto yo siempre estoy al pendiente de
cuando me escribes, cuando me llamas siempre trato de contestarte, de hacer “un
espacio” en lo que sea que esté haciendo con tal de poder conversar contigo, es
una pena y lo peor de todo es que esto siempre fue así, es solo que hasta el
día de hoy tuve el valor de abrir los ojos a la realidad, esa realidad a la que
me resistía de aceptar.
Creo que sabes lo mucho que
te amo, es por eso que tienes esa seguridad de que a pesar de todos esos
desprecios, a pesar de que siempre me dejas para el final, siempre voy a estar
aquí lista para cuando se te dé la gana devolverme a la existencia y te acuerdes
que también la pasas bien cuando estás conmigo, sé que en parte tengo la culpa
porque desde el principio te permití que me trataras así, quizás por miedo a
perderte, quizás porque quería respetar tus decisiones, quizás porque quería
que sin presión tu solo me eligieras, pero lo bueno de los errores es que de
ellos se aprende, y en este caso aprendí que es lo que no debo de hacer la
próxima vez.
Desgraciadamente lo nuestro
está en un punto sin retorno, y por más que de alguna manera quisiera devolver
el tiempo a cuando comenzamos para que las cosas fueran distintas eso nunca
pasará, por otro lado, creo que ya es tiempo de comenzar una nueva historia,
una que sea bella desde el comienzo, una en la que sea la protagonista, y donde
exija mi lugar, pero sobre todo una donde mi contraparte desee estar tanto
conmigo como yo con él.
No tienes idea de lo cansada
que me tiene esta intermitencia tuya, tanto que ya he comenzado a aborrecerte,
y es por eso que ya no te quiero ver, porque no supiste aprovechar todo el amor
que te di, todo el tiempo que siempre apartaba para estar contigo y que pocas
veces utilizaste, porque nunca entendiste que “no se trata de tiempo, se trata
de prioridades”, y obviamente yo nunca fui tu prioridad, es por eso que ahora
soy yo quien va a desaparecer de tu vida, por decisión propia y con toda la
libertad, ahora soy yo quien ya no quiere existir en tu mundo y a diferencia de
las otras veces en las que dejaba de existir por ti, ahora no podrás volver a
invocarme dentro de tu realidad.
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