jueves, 14 de diciembre de 2017

¿Por qué tu cerebro se obsesiona más cuando eres rechazado en el amor?


Justo ayer, fue el día más triste todo el año. "Blue Monday" es como comúnmente se le llama a esas 24 horas en las que una ola de remordimiento, nostalgia, ansiedad y mucha tristeza invade a un gran número de personas en el mundo. De acuerdo con el concepto desarrollado por el psicólogo Cliff Arnall, catedrático de la Universidad de Cardiff, el tercer lunes del año es el peor día de los 365 que conforman cada anualidad. Entre las razones que el psicólogo investigó para asegurar esto se encuentra el tema de la cuesta de enero después de los gastos decembrinos, el clima que no se decide entre frío ni calor y la frustración de haber abandonado o fracasado en por lo menos uno de los 12 propósitos de año nuevo.


Aunque no se tienen datos científicos sobre el "Lunes azul", para muchos esta época suele ser una de las más difíciles, sobre todo si se trata de comenzar una nueva etapa como soltero(a). Es decir, todos aquellos que por diversas razones terminaron una relación justo antes de iniciar el año, se encuentran suspendidos en una incertidumbre que los hace sufrir. La realidad es que en ningún momento del año y para nadie es fácil superar la idea de que alguien nos dejó de amar. Ser rechazados en el amor es una de las situaciones más complejas de afrontar, pues entre los sentimientos de cariño, el apego y la costumbre, superar la pérdida se vuelve casi imposible.


Recientemente se descubrió que aquella sensación de necesitar de alguien, aunque esta persona no nos ame más, se relaciona con un fundamento biológico que dicta que a mayor rechazo, mayor ansiedad. Por lo tanto, entre más se niega nuestra expareja a regresar, más intensa se volverá nuestra obsesión por ella. De acuerdo con un estudio publicado en una edición de "Journal of Neurophysiology", el amor puede convertirse en una adicción tan poderosa como la dependencia a la cocaína.



A mayor rechazo, mayor ansiedad

El estudio:Helen Fisher, antropóloga y bióloga de la Universidad Rutgers, llevó a acabo este estudio junto con otros colegas que analizaron el cerebro de 15 personas que habían sido recientemente rechazados amorosamente. Todos los participantes habían estado en una relación de aproximadamente dos años y no tenía más de dos meses de haber sido abandonados por sus exparejas. Cada uno tuvo que observar una fotografía de su ex y posteriormente una de alguien desconocido, mientras miraban las imágenes se les pidió contar de forma regresiva para que las áreas cerebrales no conectadas con la emoción también se activaran.


Los resultados:Los investigadores descubrieron que la actividad más alta durante el experimento se encontraba en el área cerebral que reacciona cuando se posee una adicción profunda a la cocaína. Es decir, el rechazo de una pareja y el intento que hacemos por superarlo nos genera reacciones psicológicas y fisiológicas reales e importantes. Padecemos desde dolor físico, ansiedad, apego y dificultad para tomar decisiones cuando alguien que queremos decide alejarse.


La obsesión:Los impulsos que nos hacen extrañar y desear a esa persona pueden llevarnos a una obsesión perjudicial. De ella derivan una serie de acciones nocivas para ambas partes del conflicto, pues cuando no se logra lidiar con el rechazo comienzan a surgir conductas insanas como el acoso, la desesperación, el dolor, la depresión o la negación.

La solución:Así como no existe otra forma más que la abstinencia para curar una adicción a cualquier droga, superar una ruptura amorosa se vale de lo mismo. Nulo contacto y evitar a toda costa que algo o alguien nos recuerde a esa persona, nos ayudará para dejar de sentir que necesitamos de nuestra expareja para ser felices o poder vivir. Por otro lado, las experiencias nuevas y las distracciones son lo mejor para suplir la ansiedad por una dosis de dopamina. Todo lo que nos resulte novedoso o divertido hará que nuestro cerebro segregue esa sustancia, como si estuviéramos enamorados, pero ahora será de la vida y no de alguien que no nos quiere más.



A mayor rechazo mayor ansiedad, por lo tanto evitar que nos rechacen una y otra vez es la única forma de deshacernos poco a poco de esa obsesión que no nos deja seguir adelante. Sin llamadas, mensajes, citas, encuentros, ni ninguna otra opción que propicie nuestras súplicas y su repudio, podremos sacar de nuestro sistema aquel sentimiento que nos hace creer que aún estamos enamorados. Como cualquier adicción, el amor también es una dependencia que sólo a partir de la abstinencia podemos superar.

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