jueves, 21 de diciembre de 2017

Inventos de la Antigua China que aún seguimos utilizando


Mucho de lo que los humanos utilizamos en la actualidad tiene una historia más antigua de lo que creemos; China y sus inventos son muestra de ello.

La narración de la humanidad se ha hecho desde el Occidente y, claro, ha puesto al hombre blanco y ultrasofisticado como protagonista de todos los sucesos importantes de la civilización. Especialmente aquellos que involucran nuestra evolución técnica y de supremacía como especie. De hecho, se piensa que la mayoría de utensilios que usamos en la vida diaria han sido inventados por occidentales o figuras dadas en este escenario; sin embargo, no es así. 

Todos los documentos suficientes en la historiografía, la ciencia y las humanidades nos arrojan entonces un hecho contundente: la mayoría de los avances tecnológicos que en Occidente pensamos como propios ya habían sido inventados durante la Antigua China. Para nuestra sorpresa, eran empleados con normalidad y cotidianidad desde siglos atrás; sólo que por diversos hechos políticos y sociales, el aislamiento de ese mítico país fue un resultado que trajo otro tipo de consecuencias, entre ellas el paso desapercibido de sus inventos.

Antes de que los ingleses se autoproclamaran autores de la agricultura mecanizada específicamente 2 mil años de diferencia–, China ya usaba los arados de hierro de porte liviano y las máquinas sembradoras, así como trilladoras y cosechadoras. Asimismo, descubrieron que los molinos de agua producían energía limpia para sus hornos de hierro mil años antes que Alemania. Inventaron también –sin darnos consciencia hasta ahora de ello– instrumentos como el timón, la rueca, la acupuntura, los naipes, la pirotecnia, el papel moneda, el reloj mecánico, el sismógrafo, la pintura fosforescente, los carretes de pescar, el puente colgante, la carretilla, el paraguas, el abanico, el estribo, la llave, el cepillo de dientes y demás.

Quizá los más significativos de éstos sean:

El papel y la imprenta:Seis siglos antes los chinos inventaron el papel e imprimieron libros. Cerca de 3 mil años después de que los antiguos egipcios utilizaran el papiro para escribir, los chinos escribían ya sobre caparazones de las tortugas, huesos de animales, trozos de bambú o seda; pero eran tan costosos y complicados de uso que únicamente los nobles podían utilizarlos. Fue hasta la Dinastía Han del Este que se perfeccionaron las técnicas y se logró entonces un papel utilizando corteza de morera y fibra de bambú, popularizándose su uso y fabricación con un nombre en honor a su eunuco inventor: papel de Cai.

Cáñamo, lino y redes de pesca participaron en esta evolución, así como en talladura de bloques para imprenta y piedras o sellos esculpidos para la pronta copia de los libros. De esta forma llegaron –durante la Dinastía Song– los caracteres móviles chinos tallados en madera o arcilla, provocando la rápida difusión del conocimiento entre la élite literaria y la aristocracia; no obstante, su invención y uso jamás salió de esas tierras.

La pólvora:Casualmente descubierta por antiguos alquimistas del Tao durante la Dinastía Han del Este, la pólvora fue el resultado de una búsqueda del elixir de la inmortalidad; más tarde, la gente usó esta fórmula entendida como mágica para elaborar explosivos en grandes cantidades, dándosele el nombre de “medicina del fuego”. La pólvora comenzó a usarse en petardos, fuegos artificiales y bengalas; hasta finales de la dinastía Tang se inventaron las armas que usaban la pólvora como munición en la guerra, así como en la dinastía Song del Norte donde se usó en fusiles y cohetes.

La brújula:Ya en la época llamada del Periodo de los Estados Combatientes, China descubrió las cualidades del imán, el cual les ofrecía la gran posibilidad de mostrar la dirección Norte-Sur; así, usaban un pequeño trozo de caña con una aguja magnética en su interior sobre aguas tranquilas –pues de otro modo el instrumento fallaba–. Es por ello que comenzó a utilizarse sobre grandes vasijas de agua, los diseños se perfeccionaron para mostrar los cuatro puntos cardinales con una cuchara magnética sobre hermosas superficies hasta lograr objetos tan modernos como la brújula en sí y el compás magnético.

La seda:De una consistencia muy fina y apariencia brillosa –que de hecho proviene de la enigmática estructura prismática que refracta la luz–, la seda y su historia comenzaron en el siglo XXVII a.C. y le siguieron tres milenios de exclusividad china de exportación sin revelar jamás el secreto de su fabricación; no fue hasta los años de la Edad Media que los ladrones y espías robaron las técnicas de producción para Europa occidental.

El proceso de entretejer la seda, hasta la fecha, es el mismo: los capullos son colocados en agua caliente para liberar los filamentos de seda y matar la larva del gusano, las fibras son combinadas para formar un hilado, se enrollan y se secan. Un proceso que, en realidad, no es para nada occidental.

Además de estos inventos, en la Antigua China y durante siglos se tuvo un desarrollo y avance muy importantes; en áreas como la antigua la medicina, las matemáticas, la astronomía, la arquitectura, la geografía, la impresión con tinta de colores o la metalurgia, y qué decir de la filosofía, el viejo mundo de Asia nos llevaba un adelanto del que todavía no somos capaces de vislumbrar.

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