miércoles, 10 de enero de 2018

8 señales de que estás dando demasiado


El carácter de las personas se puede observar mediante la manera en que la persona actúa habitualmente frente a las distintas circunstancias de la vida. El ayudar a los otros, es una cualidad que puede tener tu carácter y que puede ser de gran utilidad para lograr buenos equipos de trabajo o cohesión grupal. Sin embargo, cuando ésta ayuda es demasiada, puede ser que tus buenas intenciones se vuelvan en tu contra. Te adelantamos que la solución no es dejar de ayudar por completo, sino que se trata de que sepas en dónde deben ir los límites y cuándo ponerlos, con el objetivo de que los demás no abusen de ti.

Como mencionamos en el párrafo anterior, el primer paso es empezar a identificar los límites, para ello te ofrecemos a continuación algunas señales de alerta que te podrán ayudar a saber cuando estás dando demasiado.


1. Tu ayuda fomenta codependencia, irresponsabilidad, incompetencia o mal carácter:A veces, puede ser que nos tengamos que enfrentar al hecho, de que nuestras buenas intenciones no son suficientes para lograr ayudar a otros y que, en su lugar, cuando creemos ayudarlos, en realidad estamos construyendo una relación en donde nosotros tenemos que dar, mientras que el otro, desde un lugar de comodidad, se acostumbra a solamente recibir. Lo que te lleva a gastar tus propios recursos al ayudar a la misma persona.

¿Cuándo cruzaste el límite? Cuando tu ayuda no genera un crecimiento, independencia o desarrollo de los demás. Te recomendamos usar tus energías y recursos para ayudar a otras personas y a causas que verdaderamente se beneficien.

2. La otra persona ha violado numerosos acuerdos, siempre pide ayuda y no la utiliza para hacer lo prometido:Continuando con esta idea, si es que te ha pasado que crees demasiado y por eso, das más de una oportunidad a quienes han demostrado no valorarlas. Te recomendamos abstenerte de darle nuevas oportunidades, al menos hasta que tengas pruebas sólidas de que están listos para usar tu ayuda para avanzar en su vida.


Si la persona no hace un cambio profundo en su ser, el continuar ayudándolo sólo va a hacer que esa persona siga fallando y tú, te sentirás enojando cada vez más. El peligro de esto, es que no quieras seguir ayudando a más personas y que te sientas profundamente desilusionado.

3. Tu ayuda provoca que la otra persona se estanque en su vida:Todo en la vida debe tener un equilibrio. Si tu ayuda es útil para crear procesos que faciliten el avance de tus amigos en ciertos aspectos de su vida, entonces estás dentro del lado correcto. Sin embargo, si es que los condenas a no aprender a desarrollar sus capacidades, entonces estás traspasando el límite.


Una de las maneras de saber si estás traspasando el límite, es cuando no dejas que los otros desarrollen sus nuevas habilidades y también, cuando evitas que ellos descubran o exploren todas sus propias capacidades. Las cuales, se pueden poner de manifiesto en varias ocasiones, pero sobre todo bajo presión o durante conflictos graves.

Esto último también puede aplicar a los padres sobreprotectores los cuales evitan cualquier fracaso que puedan tener sus hijos. Cabe señalar, que el tener fracasos es vital para poder desarrollarse. Nos puede enseñar a tener tolerancia a la frustración, a perder el miedo a fracasar, a tener constancia, etc.

4. Para ayudar debes cometer un acto deshonesto o comprometes tu integridad.

Dos ejemplos de actos poco sanos son el tener que decir mentiras por él o tener que incurrir en engaños a otros.


Esto puede afectar tu credibilidad como persona, por lo tanto, no deberías ayudar a alguien si eso te hará decepcionar a otros. El guardar secretos muy graves o faltar a tu código moral, puede ser que te traiga grandes problemas. Si continúas y se crea una bola de mentiras, puede ser que la situación te afecte más de lo que esperas.

5. Te sientes manipulado para ayudar:Puede ser que en algunos casos, sea tan obvia la manipulación, que realmente nos podemos sentir incómodos. Pero, si saben que eres una persona que se podría sentir culpable por decir no, entonces tal vez te hagan sentir así y sientas la obligación de aceptar.

Recuerda que la manipulación es el signo de que alguien busca sacar ventaja de ti, haciéndote hacer cosas que no quieres hacer.


Si te sientes identificado con alguna de las situaciones que describimos, entonces analiza la situación y si de verdad te incomoda dar esa ayuda, no lo hagas. Si es que no puedes negarte a ello sólo, entonces busca a alguien más que te preste apoyo.

6. Ya se ha vuelto imposible seguir prestando ayuda:Otro límite importante de considerar es el bienestar de uno, el cual se puede empezar a perder cuando se sacrifica la salud física o mental, tu bienestar económico o faltas a tus principios.

Si es que no puedes aportar nada sin ponerte en riesgo, entonces es mejor que no ayudes en ese momento y que esperes a estar bien para poder continuar aportando.


7. Tus relaciones se deterioran o simplemente se ven dañadas irremediablemente:Dentro del límite positivo, el ayudar te puede hacer crecer y mejorar en tus relaciones. Sin embargo, si éstas comienzan a verse afectadas con malas prácticas como: fraudes, conflictos, sentimientos de obligación o resentimiento, entonces son un real problema.

Si es que no ves las cosas claras, puede bastar con tomar un poco de distancia de la situación. Si descubres que la relación está irremediablemente rota, entonces no hay nada que se pueda hacer. Sólo rescatar los aprendizajes de esta experiencia.

8. Tu ayuda evita que la otra persona esté sana:Por mucho que a todos nos pueda costar (no sólo económicamente, sino que emocionalmente), hay que admitir cuando una persona tiene problemas o desafíos que requieren de ayuda profesional.


Si es que encuentras que estás en un punto donde ya hablaste con la otra persona sobre buscar ayuda profesional, pero ella no quiere hacerlo. Entonces la única manera de ayudar es no ayudando. Porque es la única forma en que la persona pensará en buscar la ayuda profesional adecuada. Que puede incluir un tratamiento, hacer ejercicio, llevar una dieta sana, etc.

Crecemos en una sociedad en donde desde pequeños, nos enseñan y obligan a ser buenos con los demás. Pocas veces nos enseñan a poner límites y a veces, por eso crecemos sin hacerlo. El aprender estos límites, significa protección y el poder para no perdernos en el proceso de dar a otros.


Con base en lo anterior, te recomendamos el comenzar a establecer tus límites y hacer que éstos se respeten. Tú también tienes derecho a cuidarte y a que te ayuden con estos límites nuevos que estás aprendiendo a poner.

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