Te compartimos 3 puntos que
debes considerar para darte cuenta de todo lo que te estás perdiendo en la vida
por tener miedo.
“Nos envejece más la
cobardía que el tiempo, los años sólo arrugan la piel pero el miedo arruga el
alma.”
Imagina por un momento que
te encuentras a punto de saltar en paracaídas de un avión a 15 mil pies de
distancia del suelo. Es algo que siempre has querido hacer, pero muy en el
fondo sabes que te da pánico sólo pensarlo. Sin embargo, aunque lo pensaste, ya
es muy tarde para retractarse y casi sin darte te cuenta estás de pie al borde
del avión. Notas que es la primera vez que te encuentras en uno donde la puerta
no está cerrada y antes de pensar en otra cosa te recomiendan que no mires
hacia abajo; pero es tarde, ya lo hiciste.
Ahora escuchas al instructor
decir que a la cuenta de tres estarán saltando. Uno, dos y… ¡Te empujan! Lo
hacen a la cuenta de dos porque generalmente las personas suelen sujetarse al
escuchar “¡tres!”. Pero eso ya no tiene importancia. En cuestión de segundos te
encuentras en el aire y pruebas la mejor experiencia de tu vida; la adrenalina,
el sobresalto, la sensación de libertad te hace olvidar que tan sólo unos
momentos atrás estuviste a punto de privarte de ese momento por temor.
El miedo es un instinto
fundamental que nos ayuda a sobrevivir y nos mantiene a salvo; pero es un arma
de doble filo, pues también nos paraliza y nos impide vivir las mejores
experiencias. A continuación, te compartimos tres puntos que debes considerar
para darte cuenta de todo lo que te estás perdiendo en la vida por tener miedo.
1. ¿Cuántas cosas has dejado
de hacer por miedo?
A veces nos perdemos de las
mejores cosas de la vida por miedo. Dejamos que los temores se apoderen de
nuestra mente; dejamos pasar sueños, amores y victorias. Esto trae como
consecuencia pensamientos incesantes de un futuro que pudo ser y no fue.
¿Cuántas personas se han contenido de emprender proyectos o negocios por
acobardarse? ¿Cuántos amores renunciaron a la posibilidad de estar juntos por
miedo a expresar sus sentimientos? ¿Cuántos nos hemos acobardado de decir o
hacer algo por temor al “qué dirán”?
Todos, absolutamente todos
hemos desperdiciado buenas oportunidades a causa del pánico, sólo por el hecho
de pensar que podemos fracasar. Nos hemos limitado a quedar como espectadores y
no actuar, dejamos pasar momentos que pudieron haber tenido un final distinto
si tan sólo nos hubiéramos atrevido a actuar. Porque si bien es verdad que
podemos perder, ¿has pensado en todo lo que puedes ganar?
2. A veces, un poco de miedo
es necesario
Es natural para cualquier
ser humano sentir miedo, es parte de nosotros y hasta cierto punto es
necesario, ya que el temor te alerta de situaciones que pueden ponerte en
peligro. Cuando tienes miedo de que las cosas empeoren si no haces algo
inmediatamente, el temor puede incitarte a la acción. El miedo está sumamente
relacionado con nuestra capacidad de reaccionar rápidamente ante situaciones de
riesgo o aparente riesgo.
La ausencia de esta
sensación tan vital para el ser humano no resulta benéfica, pero el poder
conquistarla es lo que verdaderamente nos favorecerá. Nelson Mandela decía que
“el hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que lo conquista”.
De hecho, el verdadero problema del temor es cuando éste nos impide actuar,
cuando nos paraliza y no permite que pensemos con claridad, o en el momento que
nos hace actuar de manera precipitada, entonces es cuando verdaderamente
estaremos en problemas. Aunque no podamos escapar de esta sensación, sí podemos
conquistarla.
3. ¿Qué harías si el miedo
no te limitara?
Imagina que hoy puedes
conquistar tus miedos, imagina que por un día entero el temor no te paraliza y
todo a lo que le tenías pánico deja de asustarte; piensa por un momento que
logras persuadir tu cobardía y ahora no existe nada que pueda limitarte. ¿Qué
harías? ¿Qué lugares visitarías? ¿Te mantendrías en aquel empleo? ¿Seguirías
estudiando aquella carrera? ¿Qué cosas dirías que no te has atrevido por temor
a la respuesta? Imagina que hoy puedes vivir sin temor. Y luego otro día, y
otro más. Imagina que puedes hacerlo por el resto de tu vida.
La revista Psychological
Science publicó cuatro pasos para ser feliz según la neurociencia, síguelos y
comienza hoy mismo a aplicarlos en tu vida cotidiana. ¿Crees que requieres de
la aceptación, una pareja perfecta, fama y fortuna para vivir plenamente?
Piénsalo dos veces después de leer las cosas que no necesitas para ser feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario