A todo el mundo nos llega
una época en la vida en la que nos planteamos si queremos compartir nuestro
tiempo con alguna otra persona.
Aunque en un principio
solemos querer que las elecciones sean acertadas, muchas son las que quieren
“probar” algo más antes de decidirse por completo, aun no contando con la
aprobación de sus actuales parejas. Lo que no saben es que gracias a una serie
de estructuras aprendidas, se repiten patrones subconscientes que terminan por
delatarnos de la manera más inesperada.
Si quieres saber si tu
pareja es una de estas, tan solo tendrás que seguir adelante.
1. Nada más somos amigos
Cuando alguien es
sorprendido en medio de una infidelidad, la primera reacción es aludir a la
amistad con esa persona. Cuando se sospecha acertadamente de que hay algo más,
simplemente se negará diciendo que lo único que los une es una muestra de
respeto mútuo y que nunca habría nada más. Puede incluso que diga que por el
tiempo que llevan juntos es por lo que tienen esa confianza mútua, nada más.
Por supuesto las personas que engañan no suelen tener la valentía para decirte
que has acertado de pleno. Aunque algunas veces llevan razón, la mayoría son
síntomas de infidelidad.
2. Estoy cansado
La apatía y el cansancio es
otra muestra de falta de interés. Normalmente se dice que la posesión es la
tumba del deseo. Si vemos que destinamos nuestro tiempo en otras actividades,
puede que sea porque ya no hay necesidad de reservarnos para la persona que
queremos o, peor aún, que esa ya no somos nosotros mismos. Si es una sola
ocasión la que oímos eso, puede que sea verdad, pero presta atención al resto
de excusas que te transmitan a partir de ese momento.
3. Eres el amor de mi vida,
nunca haría algo para dañarte
“Excusatio non petita
accusatio manifesta”, con esta locución latina se intenta hacer ver que cuando
una persona alude a algo sin que nadie le pregunte es porque en su cabeza ya
había comenzado a rondar la conciencia por algo negativo que está haciendo.
Casi con total seguridad te están dejando claro que YA ha hecho ese algo para
dañarte, por lo que podrías comenzar a preocuparte completamente. Puede que debas
simplemente indagar sobre posibles candidatos o candidatos a dicha traición. A
veces podrás parecer paranoica o paranóico, pero merece la pena si evitas ser
burlado o burlada.
4. Estás comportándote como
una paranoica
Si la otra persona empieza a
acusarte de paranoica o paranoico, es posiblemente porque estés más cerca de lo
que crees de la verdad. Ten en cuenta, no obstante, que cuanto más relajada
está la otra persona, más fallos comete, por lo que advertirle de que sospechas
algo solo hará que cuide más sus mentiras. Intenta mostrarte como alguien
calmado y pronto descubrirás si realmente existen indicios. Es simplemente el
momento de prestar atención a los detalles.
5. Nunca me fijo en otras
personas
Es un hecho que tenemos ojos
y que miramos a otras personas. Al fin y al cabo somos seres humanos que se
rigen por instintos, entre ellos el de buscar a la mejor pareja de nuestro
entorno. La clave no está en que dejes de mirarlos, sino en que no pienses en
nada más con ellos o ellas. Una persona que siempre se escude en esta frase
posiblemente pasará de algo más en sus pensamientos que, si la otra persona
consiente, podrían terminar en algo nefasto para ti. Procura prestar atención.
Aunque es complicado esconder una infidelidad, hay auténticos expertos en la
materia.
6. Estaba en una junta
Quien dice una junta, dice
una reunión de trabajo, cena de empresa o hasta una charla con un compañero. El
elemento disuasorio del empleo hace que no podamos decir nada, ya que existe
una completa dependencia y se consideran ineludibles. Tan solo deberías analizar
los pequeños detalles en la ropa o el peinado para descubrir si han pasado por
el estrés de una relación amorosa o si realmente han venido de esa cita laboral
de la que hablaban.
7. Nunca te engañaría
Generalmente el engaño es
algo que se debería considerar como implícito en el pacto entre dos personas a
la hora de formar cualquier tipo de relación amorosa. Es por ello que, cuando
alguien hace hincapié en que no sería posible engañar al otro, comienzan a
surgir las dudas. Al igual que en casos anteriores, la prudencia antes de
levantar abiertamente las sospechas puede suponer el éxito a la hora de cazar a
los infieles. Intenta descubrir si hay alguien en su círculo de amistades que
sea “solo un amigo” o “solo una amiga”. Piensa mal y acertarás.
8. No tengo dinero para eso
que deseas
En el momento actual es muy
común que no pasemos buenas rachas económicas, especialmente cuando se tratan
de caprichos pasajeros. Pero si una persona realmente te quiere hará todo lo
posible por hacer realidad tus sueños. Si bien no deberías alarmarte, recuerda
que también se necesita dinero para conquistar a la otra persona que ocupa su
mente. Tan solo pregúntate si hay algún motivo por el cual algo que SIEMPRE se
podía hacer antes ahora ya no. Aunque puede que esté ahorrando para hacer un
regalo mejor.
9. No confías en mí, ese es
el problema
Realmente no es el problema
en sí, ya que la confianza no es algo que todo el mundo merezca sin tener que
demostrar nada. A partir de tus propios actos, hechos y promesas cumplidas es
como podrás finalmente acercarte al grado que la otra persona necesita para
sentirse tranquila. En tu riesgo está hacerle caso y comenzar a confiar o,
simplemente, a sospechar de por qué sienten que no confias en ellos. Para
detectar una mentira tienes que saber colocar TODOS los sentidos en alerta.
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