¿Qué es la felicidad y por
qué la deseamos?” Este es uno de los primeros capítulos del libro Los 9 hábitos
de la gente feliz de Jameson L. Scott. Como el mismo señala, la felicidad
proviene en gran medida de la capacidad de lograr lo que necesitamos o de
resolver los problemas en nuestra vida.
Así, deseamos la felicidad
porque significa autorrealización y satisfacción personal. Cada uno alcanza su
felicidad de una manera única, aunque Jameson nos enseñe algunas pautas que las
personas felices han llevado a lo largo de la historia.
Por qué su autor lo
recomienda
En primer lugar, “Los 9
hábitos de la gente feliz” se presenta como un libro que llama a la acción
individual y no busca la autoayuda. Se nos incita al cambio desde el movimiento
y no únicamente desde el pensamiento. Por eso, el escritor nos informa de que
para seguir el libro vamos a tener que salir de nuestra zona de “zona de
confort“. Será la única manera de integrar los 9 hábitos de los que habla en
nuestras vidas.
Es más, asegura que tras
leer el libro y seguir las pautas en nuestra vida real no habrá que leer más
libros de autoayuda a los que, por otra parte, critica duramente. Desde la
experiencia, nos invita así al autodescubrimiento para llegar a hacer solo lo
que necesitamos hacer: vivir nuestra vida como la única forma de ser felices.
No dejan que el futuro se
imponga al presente
Las personas felices:
Se socializan sin buscar
aprobación: la gente feliz sabe que para serlo tiene que ser íntegra y no hacer
de sí misma lo que los demás quieran. Sabe que si lo hace les da poder sobre
ella y que guiarían su vida por lo que otros pensasen. Una persona feliz no
cultiva una imagen falsa y sabe que no puede gustar a todo el mundo.
Se aman a sí mismos: la
gente feliz se cuida, se da mimos, se potencia. No se hace la víctima, si se
insulta, ni se rechaza. Además, conoce sus posibilidades y trata de conseguir
lo que depende de ella.
Aceptan sus circunstancias y
persiguen lo que quieren: esta clase de personas distingue entre conformismo y
aceptación, cree en los cambios y lucha antes de abandonar. Es más, se mejoran
constantemente, aprecian la vida y la aprovechan al máximo.
Conectan con el presente:
este es uno de los hábitos fundamentales de la gente feliz. Se trata de vivir
el momento y dejar a un lado otro tiempo que no sea el actual. Para ello,
dedica unos minutos a meditar al día y después sumergen su pensamiento en lo
que estén haciendo.
Hacen cosas que temen y
desean: aprovechan las oportunidades como retos para superar los miedos.
Conocen lo que les da pánico y actúan para enfrentarlo. Hablamos de personas
que tienen miedos como tú y cómo yo, pero sus miedos no les frenan e incluso
han conseguido introducirlos en su vida como fuentes de motivación.
Aprenden y cuidan de su
descanso
Además, las personas felices
también:
Aprenden de todo lo que les
rodea: reconocen el fracaso y fracasan cada vez mejor hasta llegar al éxito.
Son conscientes de que para aprender tienen que actuar, ganar fuerza y
confianza.
Descansan correctamente:
duermen más de seis horas y menos de ocho, desconectan dos horas al día de lo
obligatorio, descansan sin tecnologías, etc.
Se alimentan y ejercitan de
forma equilibrada. Consideran la conexión con su cuerpo un canal de
comunicación fundamental para su bienestar, de manera que le prestan atención y
lo cuidan.
Postura corporal y
respiración correcta: la gente feliz ha observado que hay determinadas posturas
que limitan nuestras actuaciones y lo que comunicamos. Por último, le da
importancia a la respiración y a la forma de entrar el aire en su cuerpo.
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