Tras salir de una relación,
especialmente si hemos sufrido, es natural que nos volvamos mucho más
prevenidas y cuidadosas a antes de comenzar una nueva relación. No queremos
volver a equivocarnos. Pero a veces, tomamos demasiadas precauciones, y cuando
nos volvemos a enamorar (lo cual es inevitable) intentamos convencernos a
nosotras mismas de que no es así.
En este artículo, 8 consejos para mujeres
dispuestas a iniciar una nueva relación de pareja. El amor es dulcemente
peligroso: nos hace perder la cabeza, nos vuelve monotemáticas, nos convierte
en temerarias y nos hace volar a los lugares más lejanos con sólo una sonrisa o
una mirada. Sin embargo, muchas veces tomamos demasiadas precauciones antes de
entregar nuestro corazón y creemos que si intentamos olvidarnos del
sentimiento, éste simplemente desaparecerá… El amor no puede ignorarse, si
quieres puedes engañar al mundo entero pero, ¿crees que puedes engañarte a ti
misma?.
¿No sería mejor tomar las banderas de lo que sientes y reconocerlo? La
vida nos da nuevas y bellas oportunidades y es nuestra responsabilidad aprovecharlas.
Aun así, si en un futuro, nos damos golpes de pecho, deberemos recordar y
aceptar que, en gran medida, fuimos artífices de nuestro propio destino. Pero
el panorama no es tan oscuro, podemos recapacitar a tiempo y darnos algunas
“terapias de choque” para no perder la oportunidad de vivir un romance al lado
de la persona a quien le robas los pensamientos.
8 CONSEJOS PARA PREPARARSE
PARA INICIAR UNA NUEVA RELACIÓN DE PAREJA:
Define tus sentimientos. Debes saber
qué es lo que sientes para saber que puedes dar y que no. Si estás confundida,
reconócelo y date tiempo para desenvolver ese “costal de anzuelos” que tienes
en la cabeza.
Hazte preguntas: ¿Me imagino en un futuro al lado de esta
persona? ¿Me siento atraída por él? ¿Esa atracción es suficiente para que nazca
una relación? Apela a tu sabiduría interna, ello te ayudará a disipar las nubes
y a mirar con menor confusión la situación. ¿Miedo a qué? ¿A quién? Identifica
tus miedos y enfréntalos antes de acercarte de una forma más profunda a otra persona.
Cuando guardamos los miedos del ayer, los volvemos a materializar con la
relación del mañana.
Reconoce tus miedos y domínalos: si no dominas tus miedos,
son ellos quienes te dominarán a ti. Las situaciones negativas no tienen por
qué repetirse. Si en el pasado te mintieron, te traicionaron, te usaron, te
hirieron, eso no quiere decir que vaya a repetirse. Afortunadamente no todas
las personas son iguales, ahora estas ante un ser diferente, no quieras
asemejarle a otras personas que han estado en tu vida.
Dialoga con tu nuevo
hombre. Cuéntale de tus sentimientos, de tus expectativas, de tus
frustraciones… seguro que si la posible relación parte de un entendimiento
mutuo, tendrá más probabilidades de prosperar. Ve paso a paso. No te presiones,
no te dejes presionar. Muchas relaciones inician con el pie izquierdo
simplemente porque una de las partes impone su voluntad, puesto que pareciese
ir en un monoplaza de la fórmula uno.
El amor necesita de tiempo, no alteres tu
ritmo, si necesitas tiempo para pasar al siguiente nivel, has que tu pareja lo
sepa, si te ama sinceramente lo entenderá e incluso disfrutará de ello. Conoce
para, llegado el caso, decir “no gracias” con fundamentos. Muchas veces se nos
escapan seres maravillosos de nuestras vidas por andar con prevenciones vanas
que buscan a un príncipe inmaculado. Los demás no tienen que ser como tú
quieras que sean, conoce y luego evalúa. Sólo importas tú y lo que piensas y
sientes. No te angusties por el qué dirán, nunca tendrás a todos satisfechos,
así que ni te preocupes por ello.
Haz lo que piensas, di lo que sientes y
camina por el sendero que crees más pertinente. Inicias una nueva página de tu
vida, llénala con un episodio lleno de amor que se dibuja con la tinta de la
esperanza.
Y si es adecuado para ti, comprométete, enamórate y defiende con el
alma al ser que cada vez que te mira convierte sus ojos en dos luceros de
indescriptible brillo, a través de los cuales te dice que te amaría de una y
mil formas por incontables primaveras.
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