Es indiscutible que
cambiarse a sí mismo y al mundo es difícil. ¿Pero vale la pena renunciar a tus
sueños cuando parecen inalcanzables?
Se analizó los 6 motivos principales que la gente usa para explicar su pereza y
falta de acción. Y descubrieron que cambiar la situación no solo es posible si
las condiciones son perfectas, sino que la adversidad en ocasiones es terreno
propicio.
1. “Estoy solo, nadie me
ayuda”
En otras palabras, una
persona no hace la diferencia.
Lo bueno es que el habitante
de un pueblo alejado de la India Dashrath Manjhi no ha escuchado semejantes
pretextos, tenía preocupaciones más importantes.
La esposa de Dashrath
falleció sin que los médicos alcanzaran a llegar para intentar rescatarla. Y
todo porque el único camino de su pueblo a la ciudad pasaba rodeando una cadena
montañosa. Deseando mejorar la situación, Dashrath decidió construir un camino
corto a través de la montaña por su cuenta. Los vecinos no creían en el éxito
de esta idea y decían que el hombre estaba loco.
Pero aquel no pensaba
rendirse y 22 años después logró lo suyo: Corto un sendero de 110 metros de
longitud y 7 metros de ancho a través de la montaña. Un camino normal, liso, no
un sendero estrecho. Impresionante, ¿verdad?
¿Así que valdrá la pena
decir que una persona no puede hacer algo importante sola?
Aquí estan los 6 motivos o
creencias que nos hacen caer en la pereza:
2. “No estoy en la edad para
seguir mi sueño”
Otros creen que la vejez es
una tristeza interminable. Efectivamente, a una edad mayor, tenemos menos
energía que antes. Pero aún así hay personas que piensan que las cifras en su
pasaporte no son ningún impedimento para sus planes.
Por ejemplo, la escritora
inglesa Mary Hobson decidió aprender a hablar ruso cuando tenía 56 años para
poder leer a sus autores favoritos en el idioma original. Como resultado, Mary
no solo dominó el idioma sino también recibió su doctorado a los 74 años de
edad. También tradujo al inglés varias obras importantes de la literatura rusa,
por lo cual recibió múltiples premios.
Para las personas como Mary
Hobson no existe la noción “demasiado tarde”. Hoy esta asombrosa mujer ya tiene
90 y sigue dedicándose a su oficio favorito. ¿Entonces por qué algunas personas
se cierran las puertas solas siendo medio siglo más jóvenes que esta señora?
3. “Mi salud no me permite
dedicarme a lo que me gusta”
Seguramente has escuchado
hablar de la persona increíblemente positiva de nombre Nick Vujicic. Nació con
una enfermedad extraña: focomelia, ausencia completa de las extremidades
superiores e inferiores.
En su juventud, Nick no
quería vivir debido a su estado y burlas por parte de los demás, incluso
intentó ahogarse en la bañera, pero entendió a tiempo que el suicidio no era
una solución y decidió actuar. Se convirtió en un orador motivacional y ahora
viaja por el mundo ayudándoles a las personas a obtener su sentido de la vida.
Además de eso, Nick es un marido feliz y padre de dos hijos.
Si él pudo ser feliz, tú
también puedes. Además, Nick cree en los milagros. Guarda en su armario un par
de zapatos por si los llega a necesitar.
4. “No tengo dinero para
realizar mis sueños”
Alguien dijo una vez: “El
dinero no es la felicidad, pero es mejor llorar en una limusina que en una
bicicleta”. En parte, tiene razón, pero la ausencia de riqueza no significa que
no seas capaz de lograr tus objetivos.
El filántropo búlgaro Dobri
Dobrev ya tiene 102 años, y no solo no es rico sino básicamente no tiene nada.
El señor le heredó todas sus pertenencias a la iglesia y sigue ayudando a los
orfanatos y monasterios, para lo cual cada día va a pie hasta Sofía. Ahí pide
limosna y la dona a los necesitados.
En total, el abuelito Dobri
ha reunido y donado más de 80 mil lev búlgaros (alrededor de 40 mil euros).
Vive en una casa pequeña en el territorio de una iglesia y se conforma con lo
más básico. Claro que no tienes que pasar hambre para realizar tus sueños, pero
si tienes un objetivo fijo, encontrarás los medios.
5. “Las circunstancias son
más fuertes que yo”
Existen circunstancias
insuperables. Por ejemplo, los catástrofes naturales, revoluciones, guerras.
Actuar en estas circunstancias es muy complicado pero posible.
Irena Sendlerowa fue
enfermera en el gueto en Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial. Esta
valiente mujer logró salvar a más niños que Oskar Schindler, más de 2500.A
escondidas, sacaba del gueto a los niños condenados a muerte. Los nazis se
dieron cuenta de la actividad de Irena, la arrestaron y la torturaron, pero
gracias a la ayuda de sus amigos, la enfermera logró evitar ser fusilada.
Cuando te quejas de las
circunstancias (incluso si de verdad son pesadas), recuerda la historia de
Irena Sendlerowa y piensa: ¿de verdad todo está tan mal?
6. “No puedo simplemente
renunciar a todo”
Todos tenemos nuestras
obligaciones. Claro que no es muy sensato dejar la familia y el trabajo para ir
a conquistar cimas de montañas. Sin embargo, si tienes un deseo fuerte de
cambiar algo, encontrarás una manera de hacerlo.
Viajando por Camboya, el
presidente de la empresa 20th Century Fox International Scott Neeson observó a
los niños muriendo de tifus en un montón de basura, mientras el actor, con el
que hablaba por teléfono, se quejaba de un avión privado “no lo suficientemente
cómodo“. Scott quedó impresionado profundamente por lo que vio. Dejó una
publicación y creó una fundación benéfica que les da una oportunidad a los
niños para refugiarse de la violencia, recibir ayuda médica y educación.
No todo el mundo es capaz de
renunciar a su riqueza, pero estas son las palabras de Scott Neeson: ”Cuantas
más cosas conseguía, más sentía que todo eso era una mentira. No me gustaría
pensar en mi lecho de muerte que mi único aporte a la sociedad fue mi carrera
exitosa”.
¿Entonces qué hacer con todo
esto? ¡Existe una manera!
Debes dejar de pensar en lo
que no puedes y lo que no tienes. Es una actividad bastante inútil y no nacerá
nada nuevo de esto. En vez de quejarte, pregúntate: ¿qué es lo que puedes hacer
y qué recursos y habilidades tienes para esto? A veces las cosas más sencillas
bastan. Por ejemplo, sabes ver y escuchar, tienes piernas y brazos. ¿Acaso no
es hermoso?
No hay necesidad de mover
montañas, es mejor empezar con poco porque todos los cambios requieren tiempo.
No puedes volar como águila si no tienes alas. Pero si no puedes volar, no
significa que no seas capaz de hacer otra cosa. ¿Entonces por qué no
intentarlo? En cualquier caso, es mejor que no hacer nada.
Incluso si las
circunstancias son muy fuertes, siempre es posible aprender a vivir con lo que
tienes. Y no simplemente vivir, sino sacar lo mejor de lo que tienes, sólo
debes valorar un poco más lo que ya posees. ¡Entonces podrás contar con
verdaderos milagros!
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