
Aunque tenga muy mala fama, el
"ego", en sí, no es algo necesariamente negativo. Su significado es
"yo" y está vinculado a la propia identidad personal. Es decir, es un
componente de la personalidad, la manera en que tenemos de reconocernos a
nosotros mismos, de hacer consciente (y a su vez de construir) quiénes somos y
qué necesitamos.
Pero, algunas personas pueden
tener un ego exacerbado y entonces entender otro que no sea el suyo ni siquiera
está en su campo de visión. Solo existe el de él, y nada más. Buscará
satisfacer, por lo tanto, sus propias necesidades sin tener en cuenta el mundo
exterior.

Si bien vivir sin ego no sería
posible, ya que es el que organiza y ordena nuestra visión del mundo, lo que le
da sentido a todo lo que nos rodea, estar parado en él solo hará que alguien
esté excesivamente centrado en sí mismo, sin poder ponerse en el lugar del
otro.
Pero, ¿todos los egos son
iguales? Conoce aquí los diferentes tipos de egos y piensa con cuál te
identificas más.
Desde una perspectiva más
espiritual, el ego "impuro" que es el que todos experimentamos al
reconocer nuestro cuerpo físico, nuestras emociones, sentimientos y
pensamientos como "propios". Pero éste puede, a su vez ser:

Ego tamásico:Este ego caracteriza a las
personas que solo creen y confían en la propia capacidad personal. Es pasivo e
indiferente.
Ego rajásico:Éste ego es el que rige en
personas que creen que la felicidad es algo por lo que constantemente hay que
trabajar; la consideran como algo difícil de conseguir. Es dinámico, ambicioso
y pasional.
Ego sátvico:Este tipo de ego se
caracteriza por tener una tendencia autoprotectora, ser más creativo, armónico
y sereno.

Luego, a nivel más específico,
y según su proporción, el ego puede tomar las siguientes formas:
1. Presumido: desde su propia
visión de sí mismo, él o ella siempre quiere tener razón, cueste lo que cueste.
Lo enojan las críticas, no puede asumir el fracaso y da constantemente consejos
aunque no se los pidan. Para aumentar su ego aún más necesita poner en
evidencia lo bueno que es en hacer algo. Vive del reconocimiento ajeno.
2. Ambicioso: pasar
desapercibido no es una opción para él o ella. Siempre buscarán sacar ventaja o
ganancia a todas las situaciones. Llegar a la meta es lo único que le importa y
a su paso, intentará llamar la atención lo máximo posible.

3. Envidioso: odia los logros
de los demás, constantemente se compara.
4. Interruptor: el silencio es
mala palabra para él o ella. No deja que los demás se expresen, buscando
imponer siempre su propio punto de vista.
5. Manipulador: puede hacer lo
que sea para ser beneficiado de las situaciones, aunque eso implique mentir,
engañar o pasar por encima de otros.
6. Orgulloso: no pueden asumir
errores, siempre quieren tener la razón.
7. Celoso: piensa en los otros
como si fueran posesiones suyas a las que debe controlar.
¿Con cuál te identificas más?
FUENTES:
Spiritual Research Foundation

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