1. Conocimiento de uno mismo: Es
la capacidad de identificar y entender las emociones de uno mismo. Por ejemplo,
puntos fuertes y débiles, intereses, necesidades, motivaciones, valores y
objetivos. Se caracteriza por la confianza de uno mismo y la capacidad de
crítica.
2. Autocontrol: Es imposible
eliminar los impulsos primarios que desencadenan nuestras emociones, pero es
posible aprender a reconocerlos y controlarlos. El objetivo de este componente
es evitar “ser esclavos de nuestros propios sentimientos”. Un líder con
autocontrol crea un clima de confianza, piensa antes de actuar y centra las
conversaciones y los esfuerzos en las materias relevantes, y no en temas
emocionales completamente fuera de lugar.
3. Motivación: Este componente
se refiere a la existencia de elementos más allá del dinero u otras
recompensas, que provoquen acciones. Normalmente pasión o interés personal. Se
caracteriza por el compromiso, la consecución de objetivos y un fuerte
optimismo.
4. Empatía: Consiste en tener en cuenta los sentimientos de quienes nos rodean a la hora de tomar decisiones.
Ponernos en el lugar de otros nos ayuda mucho la gestión de personas.
5. Habilidad social:
En este caso no se trata de conocer mucha gente (tener muchos contacto), el
objetivo de crear y desarrollar esta red es poder influir en los demás. No es
solo una cuestión de cantidad, sino de calidad.
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