Atrás
quedaron los tiempos de coplas y versos de aquellos romances con los que los
enamorados se han jurado amor eterno. La modernidad a veces nos da una
sensación de que todo es desechable y todo se puede remplazar. Suele pasar que
este pensamiento se traduzca también a las relaciones de pareja. El amor parece
estar ocupando un segundo lugar o quizás, se nos ha vuelto perecedero. ¿Qué
hace que las relaciones de pareja en la actualidad tengan fecha de vencimiento
incierto?
Estas
pueden ser algunas de las razones.
1.
No nos sentimos tan dispuestos:Al
parecer no estamos tan resignados a soportarlo todo. El amor ya no es tan
incondicional tiene sus límites, la paciencia se agota. En nuestros tiempos no
estamos tan disponibles a la hora de hacer concesiones. No queremos arriesgar
nuestras costumbres, nuestro carácter, la negociación parece ser algo que no se
enmarca en nuestros planes, no queremos esperar, pues el tiempo apremia. En
este contexto resulta difícil que los sentimientos vayan en ascenso. La
relación no llega a alcanzar, muchas veces, su punto exacto de maduración.
2.
Pasa el tiempo y nos damos cuenta de que no es amor:En
ocasiones no estamos muy seguros de qué es lo que buscamos en una relación o de
a quién buscamos. Hay que aprender a diferenciar una grata compañía con la cual
compartir mil aventuras, salir y divertirse, de aquella que realmente pueda
estar presente tanto en los momentos difíciles como en los momentos de
satisfacción. Esta realidad se conoce cuando necesitamos la presencia de esa
persona, un abrazo, una palabra de aliento y mágicamente desaparecen.
3.
Prioridades!:La
rutina diaria, la búsqueda del bienestar, el trabajo, esos objetivos que nos
llevan a concentrar nuestras energías en la búsqueda y consecución de los fines
económicos, a menudo, suele dispersar nuestra atención, y el amor pasa a ocupar
un segundo plano. Puede que no intentemos buscar una pareja y si la tenemos no
le prestamos la debida atención, pues todo nuestro tiempo y dedicación se
encuentra lejos de las cuestiones del amor y acaba por extinguirse.
4.
La relación necesita tiempo para madurar ¿Somos realmente capaces de trabajar
en ello?:Aquí
la paciencia juega su papel más importante. Las relaciones necesitan tiempo para
crecer, para madurar: meses, años. La ansiedad y ese hábito de la inmediatez al
que estamos acostumbrados a vivir todos los días en todos los ámbitos no nos
permite pensar en que la pareja quizás pueda funcionar mucho mejor e ir
disipando las dudas con el correr del tiempo. Cuesta creer que en el tiempo
está la respuesta a todas las preguntas.
5.
La oportunidad de conocerse:La
oportunidad de conocer a la pareja es importante. No nos damos tiempo y espacio
suficiente para largas horas de conversación, de compartir, emociones, ideas,
objetivos. Preferimos las salidas con amigos, los paseos en grupo, que no
significa que tengan que quedar relegados, sino que, a la pareja, cuando la
relación recién empieza, hay que darle el espacio a la medida en que las circunstancias
lo ameritan. Si no nos damos los momentos oportunos para conocernos, esto jamás
funcionará.
6.
Cuando solo la tecnología cuanta:Hoy
por hoy, la tecnología que nos acerca, nos permite, conversar por largas horas,
hacer videollamadas, intercambiar fotografías, comentarios, pensamientos.
Cuando nos queremos dar cuenta ya hemos hablado de todo, pero no olvides que no
hay nada como dialogar frente a frente, lo ideal siempre va a ser que una cosa
no suplante a la otra. No permitas que tu atención se estire entre tanto
contenido y tantas personas que no te quede tiempo para dedicarle tiempo a tus
seres amados.
7.
Inseguridad o miedo a la hora de avanzar en la relación:Muchas
veces el miedo a las relaciones estables no nos permite avanzar más allá. No
tenemos ganas de trabajar nuestra relación de pareja para que se fortalezca. A
veces simplemente sentimos que no estamos hechos para el amor, pero en realidad
lo que nos pasa es que morimos de miedo de encontrar a esa persona especial que
cambie para siempre nuestras vidas.
8.
La libre sexualidad:El
sexo libre parece ocupar la preferencia. Las relaciones de pareja implican
otras complicaciones que para la práctica del sexo libre no cuenta. Pareciera
que si no averiguamos si somos sexualmente compatibles, la relación jamás
funcionará. Son opciones de vida, pero es, sin duda, uno de los principales
motivos por los que las parejas estables pasan a segundo plano.
Más
allá de hacer juicio moral, ten en cuenta que al final del día, cuando ya se
acabó la fiesta, nos hace falta alguien en quien descansar los besos y los
golpes de la vida, alguien con quien compartir el final del camino.
9.
Fuera de lo lógico y razonable:Aprender
a amar, a permitirse entregar el corazón, ahí donde la razón no ocupa ningún
lugar, es un desafío que muchos no quieren afrontar. Hace falta que sin la
lógica aplicada entendamos que importante es abrirse al otro y permitir que él
también nos abrigue con las alas del amor. No todo en la vida es a base de
cálculo y resultado, a veces vale la pena apostar al amor.
10.
Las historias pasadas, una pesada carga que cuesta olvidar:Las
murallas que las heridas del paso construyen alrededor de nuestro corazón
suelen ser uno de los peores obstáculos para que una nueva relación funcione.
Nos parece en ocasiones, que somos el resultado de malas relaciones y por ello
no nos animamos a vivir una experiencia nueva. No vale la pena vivir en el
miedo de lo que fue y de lo que no quieres que suceda. Date la oportunidad de
mirar para adelante, cerrar la puerta del pasado y dejar en las manos del
tiempo las heridas que deben sanar.
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