lunes, 13 de noviembre de 2017

Una ruptura de pareja te cambia: haz que sea para bien



Al establecer una relación, es necesario realizar muchos ajustes en nuestra forma de ser y de vivir el día a día, conciliando las diferentes educaciones, historias personales,  aspectos familiares, etc. Pero algo ocurre cuando la pareja perdura en el tiempo: muchos de los aspectos de nuestra personalidad se confunden con los de nuestra pareja. En algunos casos, esta sincronización es tanta que algunas personas terminan confundiendo sus rasgos con los de su pareja.

Esto puede ser positivo cuando la relación persiste, pero ¿qué ocurre cuando esta llega a su fin?  ¿Cambiará la personalidad? ¿Y cómo influirá esto en el establecimiento de nuevas relaciones?


Los estudios:Más allá de las novelas, los mitos y los deseos, lamentablemente la mayoría de las relaciones no son perfectas ni eternas. La eterna búsqueda de “la otra mitad” no llega a buen puerto y la relación termina de diferentes maneras. Hombres y mujeres generalmente no reaccionan igual cuando una relación termina. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Baltimore  realizó un estudio sobre los efectos del divorcio en ambos. La investigación incluyó a 2.274 personas mayores de 40 años, quienes fueron encuestadas dos veces, con un intervalo de entre 6 y 9 años. Fueron preguntados sobre cuáles habían sido los acontecimientos más importantes de su vida y se investigó cómo su personalidad había cambiado.


Las mujeres que habían vivido un divorcio mostraron una mayor tendencia a la extroversión y estaban más abiertas a nuevas experiencias. Los investigadores lo atribuyeron al efecto liberador de la ruptura. Diferente era el caso de los hombres divorciados: estos parecían ser menos conscientes y se mostraban emocionalmente más inestables. Vivían la ruptura como un evento desmoralizador. Pero en otras investigaciones, los resultados fueron diferentes.

En otro estudio realizado por un grupo alemán, se analizó la personalidad de más de 500 hombres y mujeres de mediana edad. Los sujetos des estudio fueron entrevistados tres veces a lo largo de un período de 12 años. Los estudiosos descubrieron que los hombres y las mujeres divorciados se habían vuelto menos extrovertidos. Atribuyeron el hecho a que, con la separación perdieron muchos amigos que compartieron con su cónyuge, por lo que tenían menos oportunidades de socializar. También estas personas mostraron una disminución en la confianza; la hipótesis es que esto puede darse porque ya no tuvieron que sostener continuamente al otro.


Si bien la extroversión perdida puede no ser muy significativa en el día a día de la persona, el hecho puede tener un impacto importante en la vida, ya que las personas extrovertidas tienen más probabilidades de encontrar un nuevo compañero y volver a formar una pareja.
Cambio:Cuando una relación llega a su fin, no solo puede cambiar en mayor o menor medida nuestra personalidad, sino también nuestra forma de ver la vida y puede influir en la manera en que reaccionamos a la situación. En un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Lovaina, se analizó la personalidad de más de 2.000 personas que habían atravesado la experiencia de un divorcio. La investigación se focalizó en descubrir qué tipo de nuevas relaciones habían establecido en los siete años posteriores a la ruptura. Varias conclusiones se extrajeron del estudio.


Se observó que las personas extrovertidas tenían más probabilidades de recuperarse rápidamente que otras. En cambio, los que tendían a conductas neuróticas estaban más propensos a estar solos en esos siete años o, en otros casos, pasar de una relación a otra, no encontrando a la persona adecuada para establecer una relación sólida. Por su lado, las personas que mostraron una mayor conciencia estaban más inclinadas a formar una relación seria y esta duraba más tiempo.

Cuestionamiento:Según las conclusiones de diferentes estudios, el fin de una relación afecta de diferente manera a las personas e influye en el establecimiento de futuras relaciones. Las separaciones pueden resultar muy angustiantes porque, además del golpe emocional, pueden llevar a preguntarnos quiénes somos, especialmente en los casos de relaciones largas. Esto se explica porque nuestra propia identidad se entrelaza con la de nuestra pareja de tal manera que cuando la perdemos, es como si hubiéramos perdido una parte de nosotros mismos.


En ese momento, el concepto que tenemos de nosotros mismos disminuye y tenemos la sensación de que no sabemos exactamente quiénes somos, qué somos o hacia dónde nos dirigimos. El cuestionamiento no es solo de la relación y de los motivos del fin, sino que alcanza a nuestra propia persona. Estos sentimientos pueden ser particularmente dolorosos para algunas personas, llegando incluso a incapacitarlas para relacionarse con sus afectos cercanos. En algunos casos incluso se ve afectada la esfera laboral.


Un aspecto llamativo descubrieron los psicólogos de la Universidad de Stanford: aquellos que tenían una visión rígida de sí mismos, tendían a asumir el rechazo de su pareja como algo más personal. Estas personas sentían que la ruptura ponía en evidencia algo negativo sobre su carácter y en consecuencia, la experiencia de la separación se transformaba en algo aún más angustiante: un cuestionamiento total de sí mismos.

Qué hacer: Si bien el fin de una relación puede afectar tu personalidad de una forma traumática, es posible superar el mal momento. Nuestra personalidad cambia por eventos externos, pero también por esfuerzos conscientes. Es posible encontrar una forma positiva de interpretar la ruptura, encontrando elementos útiles que nos permita encarar el resto de nuestra vida. El fin de una pareja es un jalón más en nuestro interminable aprendizaje y nos debe servir para el establecimiento de otra relación saludable y significativa y por qué no, extender este aprendizaje a otras áreas de la vida.



Los seres humanos somos complejos y en evolución constante, capaces de aprender de nuestros errores y seguir adelante. Es esta capacidad de “sacar de lo malo, lo bueno” nos hace más fuertes y nos permite realmente alcanzar nuestras metas. Muchas veces no tenemos control sobre las cosas que nos ocurren en la vida, pero sí podemos elegir cómo enfrentar los sucesos desafortunados. La manera de enfrentar una ruptura pueden ayudarte a mejorar como persona, tomando valiosas enseñanzas con vistas al futuro o volverte aún más vulnerable ante el daño psicológico.

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