Cuando alguien prefiere tener
un pequeño círculo de amigos y no le importa pasar tiempo solo, entonces se les
llama solitarios. La gente los percibe como gente solitaria y deprimida. Aunque
estas personas, en realidad, nunca se sienten solas.
De hecho, estar en su propia
compañía es lo que les hace sentirse plenos. Se sienten más en contacto consigo
mismos, piensan mejor y se dan cuenta mejor de las cosas que les rodean.
No es habitual que alguien se
haga amigo de un solitario, sobre todo porque ellos son muy selectivos con la
gente a la que se acercan. ¿Cuáles son los rasgos que hacen a alguien
solitario?
Límites firmes:Un solitario siempre tiene
límites firmes. Siempre saben que nunca están solos, incluso si fueran la
última persona en el mundo.
Debido a esto, respetan los
límites de las otras personas y esperan el mismo respeto a cambio. Si cruzas la
línea, te lo harán saber cuanto antes. Piensan que si no puedes serte fiel a ti
mismo, no puedes ser fiel a los demás.
Lealtad:A diferencia de los que
necesitan ser el centro de la reunión, los solitarios no necesitan de atención.
Pero una vez que encuentran alguien de quien quieren ser amigos, se convierten
en los más leales que puedas encontrar.
Saben lo que valen, y si encuentran
que tú también vales, te darán todo cada vez que lo necesites. Esto vale para
relaciones, familia, trabajo y amigos.
Tienen una mente abierta:Solo porque prefieren su
propia compañía a la de otros, no significa que sean cerrados ni rígidos. Siempre
buscan actividades nuevas y aventuras.
Incluso encontrando cosas
nuevas interesantes que hacer, siempre tienen que estar seguros de sus
pensamientos antes de compartirlos con las demás.
Bien centrados:Cuando llega la adversidad y
los retos, los solitarios no entran en pánico. La auto reflexión les ha
preparado para situaciones como esas.
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